Fullkrug aleja de la final al PSG de Mbappé y Luis Enrique

No fue el mejor partido de la estrella francesa, ni mucho menos. No apareció en toda la primera mitad, y eso es un problema grave para el PSG. Empotrado entre los centrales, sin espacio para correr ni inventar, no dejó una sola acción de peligro digna de mención. Tampoco la hubo de sus compañeros, limitado todo el poder ofensivo de los parisinos a sendos disparos lejanos de Dembélé poco amenazantes.

Tampoco el Dortmund creaba peligro en ese inicio de partido, que pese a todo resultó entretenido e intenso. Se conformaba con mantener a raya al rival, no dejarse dominar en el centro del campo e intentar hacer daño con las acometidas de Sancho por la derecha. Sin embargo, no fue así como llegó el gol, sino con un balón largo de Schlotterbeck por el centro que aprovechó Fullkrug después de un gran control y un mejor zurdazo raso.

En la acción del gol cayó lesionado Lucas Hernández, y tanto contratiempo dejó tocado a los de Luis Enrique, a merced de los amarillos hasta el final de ese primer acto. Donnarumma salvó el segundo del Dortmund haciéndose enorme ante un disparo a bocajarro de Sabitzer.

Tras la charla de Lucho, lo mejor del PSG llegó a la vuelta del vestuario. Mbappé disparó por primera vez a puerta y su remate se fue al palo, en una doble acción que culminó con otro chut a la madera de Hakimi. Poco después lo volvió a intentar el 7 francés, también con peligro, pero hasta ahí duró su protagonismo. El Dortmund supo revolverse y empezó a meter miedo de nuevo. Jadon Sancho comenzó a ser una pesadilla por la derecha, Adeyemi se multiplicó por la izquierda, también en defensa, y Fullkrug siguió rematando todo lo rematable ante los encogidos centrales parisinos. El corpulento delantero reclamó también un penalti por un posible empujón de Nuno Mendes que no atendió el inglés Taylor.

Hubo empeño del PSG hasta el final, más lanzado por Dembélé que por su gran estrella, pero también escaso acierto. La grada amarilla del Westfalenstadion ayudó a su equipo a sostener el resultado y a soñar con una nueva final de Champions, la tercera, y un segundo título tras el conquistado en 1997. La solución, la próxima semana en el Parque de los Príncipes. Que Luis Enrique se encomiende a la mejor versión de Mbappé.