182 zonas de 'meteosalud': así es el nuevo mapa de Sanidad para alertar de los riesgos del calor

El verano de 2023 fue el más caluroso desde que se tiene registros y las previsiones para los próximos meses apuntan a que las temperaturas pueden volver a ser de récord. Con ese panorama en el horizonte, el Ministerio de Sanidad ha presentado un mapa más preciso para medir el impacto del calor en la salud, dividido ahora en más de 180 zonas geográficas, cada una de las cuales lleva asociado un umbral de temperatura máximo a partir del cual se dispara la mortalidad y una serie de medidas para evitarlo.

El nuevo mapa mantiene las 52 unidades de referencia provinciales que tenían los anteriores, uno por cada capital de provincia más las ciudades autónomas, pero este año añade como novedad más de un centenar de zonas de meteosalud, áreas de territorio que mantienen un comportamiento de temperatura homogéneo y de las que puede haber varias en una sola provincia.

Así, el mapa de zonas estudiadas se eleva de 52 a 182, tal y como contempla el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos de los Excesos de Temperaturas Sobre la Salud, que el Ministerio lleva usando más de 20 años para calcular los efectos del calor en la salud y que estará vigente -como mínimo, ya que se puede ampliar si así lo exigen las circunstancias- hasta el 30 de septiembre.

Desde el pasado 16 de mayo están activas las alertas a nivel provincial, ya que la Comisión Interministerial para la aplicación efectiva del Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud decidió aplazar a hoy la puesta en marcha de las nuevas áreas de meteosalud.

Para cada una de estas áreas, y con la información que proporciona diariamente la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el plan asigna un umbral máximo de temperatura a partir del cual se disparan los efectos nocivos del calor y que, dada la enorme variabilidad geográfica de España, no son los mismos en todas partes.

Umbrales de riesgo

Así, el plan reserva los topes más altos a las capitales andaluzas (que van de los 35,5 grados de Almería y los 37,2 de Málaga a los 40,5 de Sevilla y a los 41,4 en Córdoba, el más alto de toda España), extremeñas (37,2 en Cáceres y 40 en Badajoz) y la murciana (38,8).

En Castilla-La Mancha, se mueven entre los 36 de Cuenca, los 37,9 de Toledo y los 38,1 de Ciudad Real; en Aragón, el umbral máximo lo tiene Zaragoza (38) frente a los 36,7 de Teruel y los 34,5 de Huesca y en Cataluña, Lleida tiene el mayor valor (37,9) y Barcelona el más bajo (31).

Madrid tiene asignados 35,6 grados; La Rioja 34,5 y Navarra, 34,4; en Galicia se da la mayor variabilidad, con 27,5 en A Coruña pero 37,4 en Ourense; en Castilla y León, el umbral de riesgo es de 36,1 grados en Zamora, 36,9 en Valladolid y 35,3 en Salamanca, que desciende a valores que rondan los 33 en el resto.

Los mismos 33 grados o poco más están fijados para Araba y Bizkaia, Las Palmas, Baleares, Ceuta y Melilla, y unas décimas menos en Alicante (31,8) y Castellón (32,8). Los valores más bajos los tienen Cantabria (26,6) y Asturias (26,4).

Por cada grado que la temperatura ambiente supera esos umbrales, el riesgo de mortalidad atribuible a las altas temperaturas crece entre un 9,1 % y un 10,7 %, es decir, por cada día que hay un episodio de calor extremo, la mortalidad se incrementa, de media, en 3 defunciones al día.

Para saber más

Dependiendo del número de días en los que se superan esos umbrales, el plan determina cuatro niveles de riesgo, que van del 'Nivel 0' al 'Nivel 3', cada uno de los cuales lleva una serie de medidas aparejadas para coordinar a todos los agentes implicados, desde los distintos ministerios y responsables autonómicos a profesionales sanitarios y servicios sociales.

Este lunes, la ministra de Sanidad, Mónica García ha presentado asimismo la campaña 'Efectos en la Salud de las Altas Temperaturas' con el lema "Protégete, hidrátate, refréscate y recuérdales".

"Protegerse del calor es la mejor manera de disfrutar de un verano seguro", ha subrayado la ministra, quien ha hecho hincapié que el cambio climático "es una de las mayores amenazas para la salud del siglo XXI" que "ya está afectando a nuestra salud".

La campaña tiene como objetivo lograr que "la población adopte unos hábitos de autoprotección y de cuidado que reduzcan el impacto del calor en su salud."

Cultura del calor

En ese sentido, ha hecho hincapié en la idea de difundir "la cultura del calor" en la población. En las zonas tradicionalmente más calurosas ya existe esta cultura de calor que permite una mejor protección a sus habitantes, un planteamiento que hay que trasladar a "zonas que tradicionalmente no eran tan calurosas en verano y que ahora por el cambio climático sí lo van a ser", como el Noroeste peninsular.

Desde el sistema europeo de satélites Copernicus ya han advertido que existe una alta probabilidad de que este verano vuelva a ser más cálido de lo normal, ha advertido la ministra, que ha recordado los graves perjuicios que las altas temperaturas pueden ejercer sobre la salud.

Según las estimaciones de MoMo (Sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas) los excesos de mortalidad atribuible a temperatura entre los años 2015 y 2023 fueron de 21.774 defunciones. El año 2022, con 4.789 defunciones atribuibles al calor, fue el año con más excesos seguido del 2023, con 3.009 defunciones.

"El negacionismo climático es perjudicial para la salud", ha subrayado García. "El negacionismo climático y también las posiciones políticas que lo blanquean", ha continuado, remarcando que "negar la realidad del cambio climático es poner en riesgo la salud de la población, así que el primer paso para enfrentar esta emergencia climática es rechazar contundentemente aquellos discursos que lo amparan".

"No hay gente sana en un planeta enfermo", añadió.

Los riesgos asociados al calor se deben a que la exposición a temperaturas elevadas puede provocar el mal funcionamiento del sistema termorregulador del organismo y que el cuerpo sea incapaz de compensar las variaciones de temperatura corporal. Los más vulnerables son las personas mayores, los niños pequeño, así como los pacientes con enfermedades crónicas, sometidas a ciertos tratamientos médicos y con discapacidades que limiten su autonomía.

Las olas de calor son especialmente perjudiciales ya que el exceso de mortalidad se ha asociado a períodos de 3 o más días consecutivos de temperaturas altas y no habituales.

Recomendaciones generales para prevenir los efectos de las altas temperaturas sobre la salud

1. Bebe agua y líquidos con frecuencia, aunque no sientas sed y con independencia de la actividad física que realice.

2. Evita las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación.

3. Aunque cualquier persona puede sufrir un problema relacionado con el calor, presta especial atención a: bebés y menores, lactantes y mujeres gestantes, así como personas mayores o con enfermedades que puedan agravarse con el calor (como las enfermedades cardiacas, renales, diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, patologías que dificultan la movilidad, demencia y otras enfermedades mentales, así como el abuso de drogas o alcohol).

4. Permanece el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refréscate cada vez que lo necesite.

5. Procura reducir la actividad física y evitar realizar deportes al aire libre en las horas centrales del día.

6. Usa ropa ligera, holgada y que deje transpirar.

7. Nunca dejes ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado (especialmente a personas menores de edad, mayores o con enfermedades crónicas).

8. Consulta a tu profesional sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.

9. Mantén tus medicinas en un lugar fresco; el calor puede alterar su composición y sus efectos.

10. Haz comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.).