¿Qué fue de la compra de Vodafone? ¿Y la de la alemana 1 & 1? ¿Qué pasó con la compra total de O2? ¿Y con la de Digi? Palabras al viento.
Lo que sí aparece en el documento presentado hoy por la operadora es la firme decisión de cortar a la mitad el dividendo desde el año que viene y el de dejarlo en el aire a partir de 2027. Eso y unas pérdidas milmillonarias en lo que va de año y una caída sustancial de los ingresos.
Y digo más, si la venta del negocio en 'Hispam' solo afloraba minusvalías, ¿por qué se corrió a ponerlo en marcha? En suma, mi primera impresión de lo leído hasta ahora es que es una especie de apaño -no sé si calificarlo de 'ñapa'- para fortalecer la caja a costa de los accionistas y enviar un mensaje en una botella a las agencias crediticias internacionales para que no se baje el 'rating' de la operadora.
Por cierto, Murtra ha querido dejar claro que cuenta con el «pleno respaldo» de los accionistas estratégicos, que son Criteria Caixa, el Estado, a través de la SEPI, y STC, cada cual con alrededor del 10% del capital -si bien la participación pública es algo mayor que las de los otros dos-, y deja fuera de la ecuación de los fieles al BBVA, que cuenta con un 5%. Curioso.
Demasiadas expectativas creadas desde que Murtra -nada más llegar al sillón presidencial de la operadora, sustituyendo a José María Álvarez-Pallete, despedido por el Gobierno-, pusiera absolutamente todo en la compañía en revisión. Y el mercado ha reaccionado: la acción cae en estos momentos por debajo ya de los cuatro euros, casi un 10%, lo que significa, de momento, una enmienda a la totalidad a lo presentado, en el primer año con el Gobierno -Estado, vale, es más correcto ¿no?- en las tripas de Telefónica como máximo accionista de referencia.
En definitiva, hasta ahora los detalles deslizados del nuevo plan estratégico de Telefónica no han gustado nada al mercado. Destaca el recorte del dividendo desde el año que viene y la intención de aprovechar oportunidades de consolidación (aunque sin concretar nada al respecto), así como el objetivo de simplificar el modelo operativo, amén de unas pérdidas de 1.080 millones en los primeros nueve meses.
Cuando los Gobiernos entran en las empresas privadas, la gestión sale por la ventana y el accionista paga el pato. Es mi opinión. Como lo es que a si el regulador del mercado, la CNMV, hubiese exigido a la teleco la semana pasada cuando se filtró el recorte del dividendo una aclaración probablemente muchos pequeños accionistas no habrían visto mermado hoy su capital invertido. Para eso existe la CNMV y su presidente, ¿no? Malo es que se filtre este tipo de información al mercado, pero peor es que no se compruebe y alerte una vez filtrado. Lo dicho, para mí, a priori, un apaño.