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La Fiscalía pide una pena de seis años de prisión para un hombre acusado de un delito de abuso sexual continuado a menor de 16 años. La pequeña, su hija, tenía 10 años en el momento de los hechos. Ahora la sección Segunda de la Audiencia Provincial de Toledo le juzgará el próximo martes.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, el 20 de enero de 2018 el acusado, tras su separación de su mujer se encontraba pasando el fin de semana en su domicilio en compañía de los tres hijos menores de edad de ambos. Mientras dormían la siesta después de comer, el acusado accedió a la habitación donde se encontraba la niña, de 10 años de edad, quien, tras escucharle entrar, pidió a su padre que le hiciera cosquillas en la espalda para conciliar el sueño.
En ese momento, el acusado, sin quitarse ninguna pieza de ropa ni quitársela tampoco a la menor, aprovechando la situación y relación afectiva que les unía, solicitó a la menor que se subiera encima de él. Acto seguido, introdujo sus manos por debajo del pantalón y ropa interior de la menor, tocándole mientras la apretaba contra sí. En ese momento, entró en la habitación su hijo menor, de 4 años de edad por entonces, por lo que el acusado a apartó rápidamente a la chica para evitar ser descubierto. Luego le dijo a su hija que esas caricias no se las contara a nadie.
Esa misma noche, el acusado, vistiendo solamente ropa interior, cuando se disponía a dormir con su hija en la misma habitación, y con idéntico ánimo, le preguntó si quería que le hiciera más caricias. Así, le volvió a pedir que se subiera encima de él e introdujo de nuevo sus manos por debajo del pijama de la menor. Posteriormente, la tocó y la apretó contra sí. Solo paró para contestar a unos mensajes por teléfono que acababa de recibir. Entonces, la menor aprovechó rápidamente para escapar al baño.
Cuando regresó a la cama, la niña se tumbó de costado en un extremo. Ahí, el acusado se acercó nuevamente a la menor, realizándole nuevos tocamientos, los cuales solamente se detuvieron cuando la menor le pidió expresamente a su padre que parase.
El acusado, tanto esa noche como en los días posteriores y hasta el martes siguiente, conminó a su hija para que no contara nada de lo ocurrido, ni siquiera a su madre. Igualmente, en fechas anteriores pero no determinadas de ese mismo año, se tumbó junto a su hija aprovechando que dormía y le arrimó sus genitales en erección.
Por estos hechos, que la Fiscalía cataloga como un delito de abuso sexual continuado a menor de 16 años, procede, según el Ministerio Fiscal, imponer al acusado una pena de seis años de prisión. También le impone la libertad vigilada por el tiempo de seis años con la obligación de participar en programas de educación sexual, al igual que una pena de inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad durante otros seis años y la pena de inhabilitación especial de profesión u oficio que conlleve contacto regular y directo con menores por un tiempo superior a cinco años a la pena de prisión efectivamente impuesta.
A su vez, demanda imponer al acusado la prohibición de aproximación a menos de 500 metros de su hija, a su domicilio, a su centro escolar o a cualquier otro frecuentado por la misma, incluso aunque la víctima no se hallara en el interior de tales lugares; y la prohibición de comunicación con ella por cualquier medio, en ambos casos por un tiempo superior en seis años a la pena de prisión efectivamente impuesta.
De igual modo, deberá indemnizar a la víctima con 10.000 euros por los daños morales.
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