Según el relato de los hechos, el acusado en fecha no determinada del mes de julio de 2019, tras la celebración de un partido, se ofreció a llevar a su casa y en su coche a una de las jugadoras, quien contaba con 15 años de edad. El procesado, con ánimo libidinoso, y conociendo el sentimiento que le profesaba la joven se dirigió a un parking en el distrito de Moncloa.
Una vez en el parking, manifestó a la menor: «A la hora de saber quién se queda en el club se hacen tres listas, una de color naranja, otra verde y otra roja», y que era en esta última en la que estaba ella y en mayúsculas, haciéndole entender que ella estaba fuera del equipo, para a continuación decirla que «representaba la esencia del club y no lo iba a permitir».
Después de hablar un rato de diferentes temas, el acusado le dice que el vestido que lleva le hace más mayor y le propone jugar a un juego: «Voy a poner el cronómetro durante un minuto y lo que pase en ese minuto se olvidará», en palabras textuales.
Según el relato, el acusado le dió un beso, sintiéndose la menor muy incómoda, sintiendo miedo, presión y vergüenza, besándola nuevamente. Tras esto, le propuso pasarse a los asientos traseros del vehículo , y una vez allí el procesado la colocó tumbada, echándose el encima de la menor.
En 2020, otro caso
En septiembre de 2020, el procesado comunicó a otra de las jugadoras que iba a ser su entrenador y que ella sería la capitana. Conocía que la joven estaba pasando por una mala situación anímica por trastornos de la alimentación ya que padecía bulimia. El 3 de octubre de 2020, el procesado invitó a tomar a la chica una copa y la llevó a un piso del club y una vez allí le instó a besarse, a lo que ella se negó manifestándole que no se sentía cómoda. A continuación, le introdujo los dedos en la vagina.
El día 6 de octubre, la chica advirtió a D. V. S. que no quería tener relaciones con él. El día 7 de octubre volvieron a quedar y ella volvió a manifestar que no quería tener relaciones, y a continuación mantuvieron relaciones sexuales completas.