Cinco acusados por la muerte de Matthew Perry: su asistente personal entre los implicados
Esta semana, la policía de Los Ángeles detuvo a cinco personas presuntamente involucradas en una red criminal responsable de suministrar a Perry la droga que lo llevó a la muerte. Entre los arrestados se encuentran figuras cercanas al actor, incluidos dos médicos, su asistente personal y dos traficantes de drogas. Este grupo es acusado de haber explotado la vulnerabilidad del actor, quien luchaba desde hace años con problemas de adicción, para lucrarse a su costa.
Una red criminal implicada
El fiscal federal Martin Estrada, quien lidera la acusación, describió la operación como una «amplia red criminal clandestina». Los involucrados, en su mayoría profesionales de la salud, habrían abusado de su posición de confianza para vender a Perry grandes cantidades de ketamina, un anestésico utilizado en el tratamiento de la depresión y la ansiedad, pero que, en dosis elevadas, puede ser letal.
Entre los detenidos se encuentra Kenneth Iwamasa, el asistente personal de Perry, quien fue la persona que lo encontró flotando inconsciente en su jacuzzi aquella fatídica tarde. Iwamasa no solo estaba presente durante los últimos momentos de vida del actor, sino que, según las investigaciones, también habría jugado un papel activo en la obtención y administración de la ketamina al actor. Junto a él, los médicos Salvador Plasencia y Mark Chávez han sido señalados como los principales proveedores de la droga.
El rol de los médicos
Salvador Plasencia, uno de los médicos arrestados, operaba en una clínica en Calabasas, una exclusiva comunidad en el noroeste de Los Ángeles. Según los fiscales, Plasencia era consciente de los peligros que corría Matthew al consumir ketamina, pero aun así continuó vendiéndole la droga. En un mensaje de texto recuperado por las autoridades, Plasencia se burlaba de la situación, preguntando a Chávez cuánto más podría exprimir económicamente al actor. La codicia superó cualquier ética profesional, lo que llevó a la administración de dosis cada vez más elevadas, que deterioraron la salud de Perry de manera irreversible.
Mark Chávez, el otro médico involucrado, también fue acusado de conspiración para distribuir ketamina y falsificación de registros médicos. A pesar de conocer el riesgo que representaba para el recordado 'Chandler', decidió involucrarse en esta operación para obtener ganancias rápidas. Ambos médicos vendían viales de ketamina al actor por cantidades exorbitantes, a pesar de que ellos mismos adquirían la droga a precios muy inferiores.
'La reina de la ketamina' y la conexión con el tráfico de drogas
Otro de los personajes clave en esta trama es Jasveen Sangha, conocida en el bajo mundo como 'La reina de la ketamina'. Sangha, que dirigía una operación de tráfico de drogas en el norte de Hollywood, era la encargada de suministrarle grandes cantidades a Perry. La investigación reveló que la mujer mantenía un almacén clandestino desde donde distribuía la droga a sus clientes, incluido el famoso actor.
Según las autoridades, Sangha fue quien proporcionó a Perry la dosis fatal de ketamina. Este suministro se realizaba a través de un intermediario, Erik Fleming, quien ya ha admitido su culpabilidad en la conspiración para distribuir la droga. Fleming era el encargado de llevar los viales directamente a la residencia de Perry, asegurándose de que el actor tuviera siempre acceso a la sustancia.
Las pruebas y declaraciones
Las pruebas recopiladas por la fiscalía incluyen mensajes de texto entre los acusados, en los que discutían abiertamente sobre la venta de ketamina a Perry y especulaban sobre las ganancias que podrían obtener de su adicción. Estos mensajes muestran el desprecio de los implicados por la salud del actor, a quien veían únicamente como una fuente de ingresos.
Anne Milgram, directora de la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, fue clara al condenar las acciones de los médicos implicados: «Plasencia y Chávez violaron su juramento de cuidar a sus pacientes, causando un daño irreparable solo por dinero. Este caso debería ser un recordatorio de que cualquier persona involucrada en el tráfico de drogas será llevada ante la justicia».
La investigación también reveló que Perry tenía en su organismo, al momento de su muerte, una cantidad de ketamina suficiente para una anestesia general, lo que resultó en su sobredosis. Además, se encontraron otros factores contribuyentes, como el ahogamiento y una enfermedad coronaria, lo que refuerza la teoría de una muerte accidental provocada por la combinación de múltiples problemas de salud exacerbados por el abuso de drogas.
Los cinco detenidos enfrentan cargos graves, con posibles penas que varían desde 10 años hasta cadena perpetua. El juicio que se avecina promete ser uno de los más mediáticos de los últimos años, no solo por la fama de la víctima, sino también por las implicaciones éticas y legales que surgen del abuso de la confianza depositada en profesionales de la salud.
Este caso ha generado un debate en Estados Unidos sobre el acceso y control de sustancias como la ketamina, y ha puesto en evidencia la necesidad de mayores controles sobre la práctica médica en el tratamiento de adicciones. La tragedia de Matthew Perry no solo ha dejado un vacío en la vida de sus seres queridos y admiradores, sino que también ha expuesto las sombras que pueden rodear a quienes luchan contra la adicción, convirtiéndolos en presas fáciles para aquellos que buscan lucrarse sin importarles el costo humano.