Urbanismo exige al Banco de España que retire la rampa de acceso de la Plaza de San Francisco

Sólo un día antes de que el Banco de España comunicara oficialmente al gobierno de José Luis Sanz su negativa a estos anclajes porque podían causar daños «irreversibles» en el edificio, la Gerencia de Urbanismo envió una carta al director de la sucursal de la Plaza de San Francisco en la que exigía la retirada de la rampa de acceso para personas con movilidad reducida del exterior del inmueble. La misiva, firmada por el gerente de Urbanismo, advierte de que «la presencia de esta infraestructura resulta incompatible con la reordenación urbanística prevista y con la necesidad de asegurar la máxima fluidez y seguridad en los itinerarios peatonales de la zona». Además, insiste en que la medida es necesaria «en aras de la máxima eficiencia y coordinación» en la ejecución del proyecto 'Eje Central'.

No obstante, la Gerencia plantea al Banco de España la búsqueda de soluciones, «conscientes de la necesidad de garantizar las condiciones de accesibilidad al edificio». Así, se entiende que «este objetivo se puede alcanzar mediante la implementación de medidas interiores, tal y como ya fue analizado por esta institución en la propia documentación técnica del Proyecto Reformado» que se presentó en 2017, fecha en la que el entonces gobierno del PSOE dio su autorización a la colocación de la rampa. Insisten en Urbanismo que «esta solución no invasiva permitirá a ambas instituciones –el Banco de España y el Ayuntamiento– seguir cumpliendo con su compromiso de accesibilidad sin comprometer el dominio público viario». Por ello, se plantea una negociación entre las partes de un plazo en el que se produzca «la retirada voluntaria» de este elemento, algo que si no se diera obligaría al Consistorio a actuar de oficio para su desmontaje.

La rampa y las cofradías

La instalación de esta rampa estuvo rodeada de polémica desde un principio. En 2017, cuando el Banco de España presentó el proyecto en Urbanismo, se apostaba por realizar una construcción anclada al suelo y fija a la que en un principio se dio el visto bueno por parte de la delegación que entonces dirigía el socialista Antonio Muñoz. La medida generó cierto asombro en la ciudad, ya que la estructura impedía el montaje de los palcos de la Plaza de San Francisco y el paso de varias cofradías en Semana Santa, pues entonces eran casi una decena las hermandades que cruzaban por ahí para buscar la Plaza Nueva desde Hernando Colón. La situación obligó al Ayuntamiento a plantear un cambio en el proyecto, de modo que la rampa se construyó para que se desmontara cada año en Cuaresma, algo que se viene haciendo hasta ahora.