Sevilla centra el debate de los grandes desafíos mundiales en el Global Citizen Now
Sevilla calienta motores bajo el paraguas de la Cumbre de la ONU, de cuya víspera va quedando constancia en materia de eventos y protocolos por buena parte de los rincones de la ciudad, y este domingo por la tarde ha tenido lugar en el CaixaForum de la ciudad una nueva edición del Global Citizen Now, un espacio de debate sobre la pobreza extrema, las energías renovables y el eficiente uso de recursos a nivel supranacional en el que han participado entre otras personalidades la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, más allá de otras figuras de la primera línea política a nivel internacional. Centrado en impulsar acciones urgentes para abordar los mayores desafíos del mundo, este evento organizado bajo fuertes medidas de seguridad pretende ser un trampolín hacia la conferencia que arranca este lunes y que se alargará hasta el próximo jueves en el Palacio de Congresos y Exposiciones Fibes.
Tomaba la palabra en primera instancia Moisés María Roiz, director de CaixaForum Sevilla, que daba cuenta pública de los frentes a los que la entidad bancaria se dedica en la actualidad en el plano social. «Para nosotros es un honor poner nuestra casa a disposición de este evento», subrayaba Roiz, que abundaba en el interés que mantiene el CaixaForum en la integración social, el impulso talento y la divulgación de la cultura con un espacio y una ciudad como es Sevilla para albergar este acto. «Dar las gracias a Global Citizen y al Gobierno de España», apuntaba el director antes de dar paso tanto a la presentadora Nomzamo Mbatha y a Hugh Evans, cofundador y CEO de Global Citizen como maestros de ceremonias. Mbatha aludió a la cumbre desde un punto de vista divulgativo y Evans habló de sus ideas sobre campañas que movilizan acciones a través de la energía, siempre bajo un marco «sostenible y próspero».
Le daban entonces el turno de palabra al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que en inglés daba las gracias por la bienvenida y posteriormente enfatizaba sobre la relevancia que tomaba Sevilla al tener ésta la ocasión de dar cobijo a la conferencia. El discurso del presidente se ciñó a ser una llamada a la esperanza para acabar con la pobreza, en aras de buscar un sistema global más justo e igualitario, fijaba Sánchez. «Con este presente tan difícil debemos mostrar la visión que debemos construir empezando por hoy. Debemos promocionar iniciativas para reducir la brecha y responder a la financiación», insistía. «Las mujeres deben tener mayor acceso a esa financiación. Ojalá podamos conseguir todos los objetivos, pero hay mucho más que hacer», agregaba, antes de abandonar la sala. Como nota curiosa, la interlocución del presidente se realizaba en un atril, y éste era posteriormente cambiado a dos sillas con sus respectivas mesas, ya con un carácter más informal de los siguientes invitados: Maria Fernanda Espinosa, directora ejecutiva de GWL Voices, y el doctor Akinwumi Ayodeji, presidente del Banco Africano de Desarrollo.

Otros retos
Fernanda quiso tomar el testigo de la esperanza que previamente había mencionado Sánchez e hizo hincapié en la multilateralidad del sistema: «Hay una mayor tensión geopolítica», incidía ella, estableciendo su preocupación por los datos de deuda globales, a los que replicaba a renglón seguido Ayodeji, muy concienciado por su particular visión económica sobre su propio continente: «Hay menos ayudas, y hay que hacer que las que hay sean efectivas, de ahí que haya que trabajar en el sector privado. Hay que movilizar recursos nacionales», instaba en ese mismo sentido. «El coste del capital en África es mucho mayor, y todo contribuye a los altos tipos de interés que pagamos», reflejaba seguidamente. De la dependencia de las ayudas y la prosperidad compartida seguían dialogando ambos protagonistas, y el máximo responsable del banco africano recordaba que «el nivel de ayuda está reduciéndose, así que hemos de ser más inteligentes en qué debemos optimizar. En el mundo que vivimos hoy reducir la cantidad de deuda es importante», manifestaba.
Se procedía entonces a la formación de una nueva mesa redonda que concernía sobre la financiación global del desarrollo, moderada por Shari Spiegel, directora del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas; el presidente de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2025, André Corre; el presidente de las Open Society Foundations, Binaifer Nowrojee y el ministro Asuntos Exteriores de Francia, Thani Mohamed-Soilihi. Un coloquio en el que éste último al estar en el sur de España hizo un guiño al personaje que hizo universal a Cervantes: «Esto es como el Quijote: nos enfrentamos a gigantes verdaderos; las amenazas son reales. Hay países cuestionando nuestras intenciones. La prioridad es recuperar la confianza en el sistema multilateral. Francia y 63 países han apoyado el pacto por la prosperidad y han promocionado una agenda en común», asumía el hombre fuerte de las relaciones internacionales de Macron. Igual de optimista se presentaba Corre, presidente del COP30. «El multilateralismo sigue vivo y podemos conseguir objetivos consensuados desde hace unos años», expresaba. «No hemos hecho bien nuestro trabajo a la hora de traducir la cantidad de documentos que hacemos en estos actos», recalcaba. Era el turno de la filántropa Nowrojee, focalizada en la búsqueda de nuevos liderazgos: «Debemos reimaginar lo que necesitamos en nuestro planeta».
La asistente a la dirección general del International Labor Organization (ILO) daba paso a las cuatro siguientes voces que serían la antesala a la comparecencia de Ursula Von der Leyen: Jayati Ghosh, profesor de la Universidad de Massachusets; Daouda Sembene, del Centro del Desarrollo Global; Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y Alexander De Croo, exprimer ministro de Bélgica. Ellos reflexionaron acerca de la crisis de deuda y la gestión de los recursos, y todo lo que ello conllevaba en sus diferentes organizaciones. Tras la pausa para un café, ya sí era el momento de que atendiera en Global Citizen Nowq Ursula Von der Leyen, presidenta del la Comision Europea, asistida por Evans y Mbatha, embajadora del acto. Hizo referencia Von der Leyen al fomento de las energías renovables, que generará a su juicio «38 millones de trabajos hasta 2030». Advertía la presidenta de la Comisión Europea que este movimiento será un motor para el crecimiento, y la misión ahora está en convencer a la ciudadanía de la ventaja de dicha energía: la independencia. «Queremos triplicar las renovables estos años, y los continentes por explotar son África, viento y sol; pero faltan las infraestructuras para transformarlo en energía», matizaba la política alemana, ejemplificando con casos necesarios para la producción de energía limpia. «Es buena pero hay que almacenarla, porque no le da siempre el sol», explicaba. Apelaba a la visión política Ursula Von der Leyen de quienes ahora deben ser los que lleven a la realidad todas estas ideas. A quienes tienen que hacer verdad todo este ideario, ella valoró las alianzas que hay que tomar en una transición genética justa. «Estamos reduciendo el riesgo del empresario combinando en la inversión del sector privado», apostillaba Von der Leyen, no sin mencionar la importancia del entorno. «Queremos que el valor añadido sea local y el sector público puede invertir en capacidades y la formación es sumamente importante», aclaraba.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete