Quién es José Raúl Mulino, nuevo presidente de Panamá y delfín de Martinelli>

Pero su carrera política no ha estado exenta de escándalos. Durante su gestión como ministro, Mulino fue denunciado por el delito de abuso de autoridad al ordenar la suspensión del servicio de telefonía celular en las comunidades de San Félix (Chiriquí) y Viguí (Veraguas), en febrero de 2012, durante unas protestas de grupos indígenas. En 2014, la Corte archivó el caso. Además, fue detenido el 28 de octubre de 2015, acusado de supuesto peculado por irregularidades en la compra de 19 radares que no detectaban el paso de las lanchas rápidas. Gracias a un fallo, su caso fue anulado con el argumento de que la entonces fiscal anticorrupción había hecho investigaciones sin contar con la autorización judicial correspondiente.

El gobierno de Mulino seguramente intentará ser pragmático y anteverá estos tres frentes. Primero, el retorno de Martinelli. Se prevé que el gobierno se enfocará en exculpar al presidente y en procurar su pronto retorno (o salida de la embajada). Segundo, se prevé una inmediata reconciliación con Nicaragua, dado que las tensiones prometen calmarse cuando Mulino reconozca el «apoyo de Nicaragua» para proteger a Martinelli. Ahora bien, Mulino ha de saber que los favores se cobran, y la dictadura nicaragüense es experta en pedir cuentas y cobrar caro.

Finalmente, Mulino deberá asumir el tema minero, uno de los principales focos de polarización en el país. Para un gobierno de derechas, el tema económico no puede ser una debilidad. Se prevé que el gobierno redefina sus políticas mineras y no ceda ante la presión de una ciudadanía que no necesariamente forma parte de su electorado, impulsando así de nuevo la minería en el país.

A la sombra de Martinelli

Nadie duda que el protagonista de esta contienda no es ni Mulino, ni los panameños ni el Tribunal Electoral. Es el expresidente Ricardo Martinelli, que gobernó el país de 2009-2014 y cuyo retorno a la esfera política fue aclamado por los panameños que lo posicionaban en la cima de las encuestas hasta aquel fatídico febrero, cuando llegó la confirmación de una sentencia a 10 años y 6 meses de prisión por blanqueo de capitales dictada en julio de 2023 contra el exmandatario, hecho que dejó fuera de la contienda a Martinelli.

La campaña de Martinelli, que lideraba las encuestas en ese momento, definió a José Raúl Mulino —compañero de fórmula del expresidente— como el nuevo presidenciable. Una especie de maquillaje exprés que hizo de su slogan de campaña «un voto por Mulino es un voto por Martinelli». El reemplazo, sin embargo, fue autorizado por el Tribunal Electoral.

Martinelli se ha convertido en el primer expresidente de Panamá en ser condenado a cárcel por por cargos de corrupción y blanqueo de capitales. Pero también en el primer presidente en ser «virtualmente» reelecto a pesar de no figurar en una papeleta, ser condenado por la justicia y estar refugiado en la embajada nicaragüense en Panamá. Y eso Mulino lo sabe muy bien. Todo apunta a que el poder detrás del poder será Martinelli. Pero eso han querido los panameños.