Beatriz, la madre que lucha para que los colegios enseñen a hacer la declaración de la renta: "Me parece vergonzoso, estamos obligados por ley y nadie nos enseña"
Este año se han presentado más de 24 millones de declaraciones de la renta y casi dos millones han necesitado asistencia personalizada para tramitarla, tal como informó ayer la Agencia Tributaria. Una gestión que es obligatoria para la mayoría de ciudadanos de este país -los contribuyentes con más de 22.000 euros procedentes de un único pagador o 14.000 euros de varios pagadores- y que muchos no saben cómo hacerla y tienen que recurrir a la propia Administración o a terceros.
A este problema ha querido buscarle una solución Beatriz Raluy quien recoge firmas para pedir al Ministerio de Educación una asignatura en secundaria que enseñe educación financiera y fiscal, redacción de contratos u otras nociones que considera imprescindibles para la vida cotidiana. Lo ha hecho a través de una petición en la plataforma Change.org y sólo en una semana ha conseguido acumula ya más de 25.000 firmas.
Beatriz tiene 54 años y es madre de dos jóvenes: la mayor, Laura, tiene 22 años y acaba de graduarse en Biotecnología en la Universidad Católica de Valencia y el pequeño, Dimas, de 18, ha terminado el primer año de Ingeniería Informática. Este año ha sido el primero en el que ambos han tenido que enfrentarse a la tediosa tarea de presentar la declaración de la renta, pero sin éxito. «No entiendo nada», «esto me suena a chino», «no sé ni qué casillas tengo que rellenar». Ellos, al igual que su madre, han tenido que pedir ayuda por el miedo que suscita cometer algún error. «¿Y si no lo estoy haciendo bien y pierdo dinero? ¿Y si me equivoco y luego me acusan de no haberla rellenado bien?».
Esta indefensión y poca preparación ante la vida cotidiana es lo que ha alarmado a su madre. «Tienen una cultura general bastante buena y tienen mucha preparación en cuestiones concretas, pero no saben desenvolverse en lo cotidiano. Cuando salen del instituto y salen a la vida real no saben ni abrir una cuenta en el banco. No entienden un contrato de alquiler. Conozco hasta jóvenes que no saben rellenar los documentos para pedir una beca Erasmus», lamenta Beatriz y al mismo tiempo denuncia lo «vergonzoso» de esta situación «porque estamos obligados por ley a presentarla y nos pueden multar si la hacemos mal, pero curiosamente nadie nos enseña a hacerla bien».
Por esta razón, esta madrileña afincada en Montealegre del Castillo, Albacete, reclama al Ministerio de Educación incorporar en los curriculum educativos una asignatura que prepare a los jóvenes a desenvolverse por sí solos en el día a día. Raluy detalla en su petición el temario que considera fundamental. Por un lado, preparar a los estudiantes para conocer sus obligaciones fiscales y entender cómo funcionan los impuestos y su impacto en la economía y la sociedad. Por otro, explicar cómo se tiene que redactar un contrato, desde uno de trabajo hasta la firma del alquiler de una vivienda. Esta habilidad, señala, «protege a los individuos de posibles fraudes y abusos y les proporciona herramientas para negociar de manera justa y equitativa». Y señala otros ejemplos como el simple hecho de rellenar un parte de accidentes, para gestionar cualquier incidente que pueda ocurrir en la vía pública o en el ámbito laboral. «Muy importante, ya que puede reducir el estrés y la confusión en momentos críticos y asegurar que se cumplan los procedimientos legales y administrativos». Está segura de que si nos enseñan todo esto «y más» desde pequeños seríamos ciudadanos mucho más preparados «para la vida».
En España, el 17% de los estudiantes de 15 años no tiene una base mínima en competencias financieras que le permita tomar decisiones informadas en su vida. Así lo desveló hace una semana el informe PISA, que sitúa a nuestro país por debajo de la media de la OCDE en este ámbito. El examen certifica que de los 16 conceptos financieros que se les planteaba, los jóvenes españoles sólo conocían 6: sólo el 18% conocía el término inversión y únicamente el 9% sabía lo que era la depreciación.
«Basta que nos obliguen a gestionar lenguajes que son incomprensibles para la mayoría de la población. La información es poder y sin ella nos volvemos vulnerables, nos engañan y acabamos en estafas y creyéndonos los bulos. Porque cuando uno sabe de lo que habla... no es tan fácil que le puedan engañar», señala Beatriz, quien cree, además, que tener esa asignatura evitaría muchas discriminaciones que existen hoy en día hacia las personas que tienen menos recursos económicos y educativos. «Y eso que los jóvenes tienen más herramientas que los de mi generación en adelante y tienen acceso a más información. Ellos pueden recurrir a tutoriales que les enseñen a hacer las cosas, los más mayores estamos más perdidos en ese aspecto».
Raluy, que ahora mismo se encuentra en paro, quiere que esta campaña de recogida de firmas vaya más allá de la mera preparación académica, «es importante que los jóvenes de ahora sepan el valor que tienen nuestros impuestos. Esta idea que tienen algunos de que no sirven para nada, que no son necesarios, es un error garrafal» y hace hincapié en ello.