Israel se prepara para la represalia de Hizbulá e Irán mientras recuerda los 300 días en cautiverio
Israel recordó los 300 días de la guerra con su corazón entregado a los 115 secuestrados en cautiverio de Hamas y sus ojos puestos en los cielos ante un posible ataque de misiles, proyectiles y drones en la anunciada represalia de Irán y Hizbulá de forma separada o conjunta por el asesinato del líder del grupo islamista, Ismail Haniyah, en Teherán y del jefe militar del grupo libanés, Fuad Shukr, en Beirut.
Hamas también promete venganza pero tras la devastadora ofensiva israelí en la Franja de Gaza en respuesta al ataque del 7 de octubre ya no dispone de la capacidad de lanzar proyectiles de forma masiva aunque puede cometer atentados. Quien no puede ya ordenarlos es el jefe del brazo armado, Mohamed Deif, si nos atenemos al anuncio israelí del jueves. Una nueva información de Inteligencia del bombardeo de hace 20 días en el sur de Gaza llevó al Ejército y al servicio secreto interno a confirmar todos los indicios y dar por muerto al cerebro y ejecutor del 7-O junto al líder de Hamas, Yehie Sinwar.
"La eliminación del Osama Bin Laden de Gaza es un paso significativo en el proceso de desmantelamiento de Hamas como organización militar y autoridad de Gobierno. Es un reflejo que se está desintegrando, los terroristas pueden rendirse o ser eliminado", afirmó el ministro de Defensa Yoav Gallant sin hacer ninguna referencia al asesinato de Haniyah supuestamente a cargo del Mosad en Teherán.
Las proclamas de venganza en los funerales de Haniyah en la capital iraní y de Shukr en Beirut, con especial énfasis de las del líder de Hizbulá Hasan Nasrala que prometió una "respuesta real y no cosmética" confirmaron las previsiones. La creencia es que el ataque iraní puede tomar varios días mientras que el de Hizbulá puede ser inminente.
Los temores en la comunidad internacional a una escalada regional se reflejan en los llamamientos a la contención o la decisión de varias aerolíneas de suspender sus vuelos a Israel. La tensa espera devuelve a los israelíes a las primeras dos semanas de abril bajo los avisos de respuesta de Irán a la muerte de oficiales de la Guardia Revolucionaria en un ataque en Damasco. Entonces, el Ayatolá Jamenei ordenó llevar a cabo el primer ataque directo desde su territorio contra su enemigo. Como entonces, Estados Unidos, que ha reforzado su presencia en Oriente Próximo, e Israel estrechan su cooperación para interceptar los drones, misiles balísticos y proyectiles de Irán y sus milicias en Líbano, Irak, Siria y Yemen.
Tras avisar a los suyos que esperan "días desafiantes", el primer ministro Benjamín Netanyahu se reunió con los responsables de protección de la retaguardia y aseguró que su país "se encuentra en un nivel muy alto de preparación para cualquier escenario tanto defensiva como ofensiva".
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken expresó su preocupación por la influencia negativa que los últimos y próximos acontecimientos pueden tener en la negociación para el alto el fuego en Gaza. "Es urgente que todas las partes tomen decisiones correctas en los próximos días porque marcan la diferencia entre la continuación del camino de la violencia y el sufrimiento y el paso a algo diferente y mejor", declaró recordando que la tregua es interés de la región, los palestinos (especialmente los gazatíes tras meses de sufrimiento) e Israel.
Interés desesperado de las familias de los secuestrados que lideraron una gran manifestación en Tel Aviv en la que tres tristes dígitos destacaron en cárteles y discursos: 300. "Es increíble que estén tantos días secuestrados. ¡Queremos un acuerdo ya mismo!", pide el israelí Muli Meltzer que acude a los actos semanales para apoyar a las familias y presionar a Netanyahu. "Por desgracia, no está interesado en el acuerdo por lo que es importante que la gente salga a las calles y le presione para que acepte", añade a EL MUNDO.