La Airef advierte de que España tendrá que hacer un ajuste de 9.000 millones al año
Una de cal y otra de arena. La Autoridad Fiscal (Airef), el organismo independiente encargado de velar por las cuentas públicas, ha mejorado las previsiones de crecimiento de España para este año, desde el 1,7% al 2%. El dinamismo mostrado por la actividad en el arranque del ejercicio y la fortaleza del consumo interno son algunos de los ingredientes que explican la revisión al alza. El déficit también bajará al 3% del PIB, objetivo comprometido con Bruselas, pero se reducirá el margen para rebajarlo si no se toman medidas adicionales y a partir de 2026 se enquistará por encima de este umbral, el máximo fijado por la UE, y será necesario un ajuste de 9.000 millones al año para reducir el elevado volumen de deuda. Las Administraciones también se saltarán este ejercicio la recomendación europea sobre el aumento del gasto primario: según los cálculos de la institución, será del 4%, frente al 2,6% sugerido.
Todo ello, además, se concretará en un “contexto singular”, en palabras de Cristina Herrero, presidenta de la Airef. El Gobierno ha renunciado a elaborar los Presupuestos para el ejercicio, los objetivos de déficit y deuda no han sido aprobados, y ya han vuelto a estar en vigor las reglas fiscales europeas aunque quedan muchos detalles “por aclarar”, ha enumerado la economista este jueves en la presentación del Informe sobre los Presupuestos Iniciales de las Administraciones públicas para 2024. De hecho, ha recordado que existe la posibilidad de que la Comisión Europea abra un procedimiento por déficit excesivo en base al resultado de 2023, que cerró con un desfase entre ingresos y gastos del 3,7% del PIB.
Sobre lo que sí hay certeza es el Plan Fiscal Estructural que el Gobierno tendrá que presentar en septiembre según el nuevo marco fiscal europeo, con unas previsiones que abarquen el periodo 2025-2028. La Airef estima que será necesario un ajuste de 0,63 puntos al año, por un total de 2,52 puntos en cuatro ejercicios para que la deuda, actualmente en el 107,7% del PIB, se sitúe en una senda descendente y su ratio sobre el PIB baje en 25 puntos en los próximos 15 años. Si el plan que finalmente se acordara con Bruselas fuera a siete años, una posibilidad que es posible si a cambio se llevan a cabo reformas, sería de 0,43 puntos al año.
El avance del PIB mejor de lo esperado se asienta en un mercado laboral boyante que ha empujado el consumo interno en 2023 por encima de lo previsto. También el consumo público ha avanzado a un ritmo mayor a lo vaticinado, un comportamiento positivo que se suma a la buena marcha de las exportaciones, sobre todo del sector servicios y del turismo. La otra cara de la moneda es la debilidad de la inversión, pese a la inyección de los fondos europeos, y un estancamiento de la productividad. El despliegue del Plan de Recuperación será crucial para que se cumplan las previsiones de alza de PIB para el año. En el medio plazo el avance de la actividad convergerá hacia el crecimiento potencial y se situará en un 1,5% en 2028.
Para este año se espera una deceleración con respecto al anterior (en el que el PIB avanzó un 2,5%) por una ralentización del sector exterior y el consumo público. “Puede haber una recuperación de la inversión, pero depende del impacto del Plan de Recuperación”, ha matizado Esther Gordo, directora de la División de Análisis Económico de la institución.
Subida del gasto
Aunque el organismo prevea que se cumpla este año el objetivo de déficit del 3% del PIB, su composición será distinta a la estimada en las anteriores proyecciones, del mes de octubre. En primer lugar, el cierre presupuestario del año ha sido mejor de lo esperado en dos décimas (3,7%) y de cara a este ejercicio solo se ha prorrogado una parte de las medidas anticrisis, lo que supone un ahorro de siete décimas de PIB. La Airef estima que en 2025 el déficit baje al 2,9% del PIB, pero que vuelva a subir al 3,1% al año siguiente y alcance el 3,2% en 2027 y 2028.
En lo que sí habrá incumplimiento, aunque no conlleve ninguna sanción por parte de Bruselas, es en la recomendación específica para el crecimiento del gasto primario neto de medidas de ingresos del 2,6%. Si se respetara este umbral, el déficit bajaría al 2,4%. El organismo también alerta sobre la regla de gasto nacional: cree que ni la Administración central, ni las comunidades ni 10 de las grandes ciudades que monitorea respetarán el límite.
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