

El ejército de Israel ha anunciado la reapertura del paso de Kerem Shalom con Gaza, un puesto clave para la entrada de ayuda humanitaria al sitiado enclave palestino. El paso se cerró el pasado fin de semana después de que un ataque de Hamas con cohetes matara a cuatro soldados en las inmediaciones.
Pero la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) dijo que por el momento no había entrado ninguna ayuda y que en el lado gazatí no había nadie para recibirla. Los trabajadores huyeron en la víspera, durante la incursión de una brigada de carros de combate israelíes que se hizo con el control del cercano cruce de Rafah, entre la Franja y Egipto, que permanece cerrado.
Esa operación limitada no parecía ser el inicio de la invasión de Rafah que Israel lleva tiempo prometiendo. Pero el cierre prolongado de los dos principales pasos fronterizos podría exacerbar la crisis humanitaria en el sitiado enclave palestino. De acuerdo con la ONU, el norte de Gaza está ya en una situación de "hambruna total".
Estados Unidos detuvo la semana pasada un envío de bombas a Israel ante la preocupación de que el gobierno pudiese estar cerca de tomar una decisión sobre un asalto a gran escala en Rafah, la ciudad más meridional del territorio, en un nuevo aumento de las divisiones entre los dos estrechos aliados.
Washington dice estar preocupado por el destino de los alrededor de 1,3 millones de palestinos hacinados en la ciudad, la mayoría de los cuales huyeron de los combates en otras zonas de la Franja. Israel sostiene que Rafah es el último bastión de Hamas y que se necesita una ofensiva más amplia para desmantelar las capacidades militares y de gobierno del grupo insurgente.
Mientras, Estados Unidos, Egipto y Qatar están intensificando sus esfuerzos para eliminar las diferencias para un posible acuerdo que permita, al menos, un alto el fuego temporal y la liberación de algunas de las docenas de rehenes que siguen en manos de Hamás. Israel ha ligado la amenazada operación sobre Rafah con el resultado de esas negociaciones.
El director de la CIA, William Burns, quien ha recorrido la región para mantener conversaciones acerca de una posible tregua, se ha reunido este miércoles con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, según ha confirmado un funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, para discutir las negociaciones a puerta cerrada.
Con la toma de Rafah, Israel controla ahora todos los cruces fronterizos de la Franja por primera vez desde la retirada de sus tropas y colonos del territorio hace casi dos décadas, aunque durante casi todo este tiempo ha mantenido un bloqueo sobre el territorio con la cooperación de Egipto. El cruce de Rafah ha sido un punto vital para la llegada de una ayuda humanitaria crucial desde el inicio de la guerra y es el único lugar por el que se puede entrar y salir de Gaza. Kerem Shalom es la principal terminal de mercancías del enclave.
Por otro lado, el Gobierno gazatí de Hamas en la Franja de Gaza asegura haber identificado una nueva fosa común de donde ya se han exhumado 49 cadáveres en el hospital Al Shifa, que quedó totalmente fuera de servicio tras un asedio del Ejercito israelí de varias semanas.
Las autoridades dijeron que los equipos de rescate continúan desenterrando cadáveres y que esperan encontrar "decenas de nuevos cuerpos" en esta fosa, que ya es la tercera en este centro hospitalario de donde ya se recuperaron unos 400 muertos, según un comunicado.
Durante sus operaciones en el hospital, Israel aseguró haber matado a unos 200 supuestos milicianos e interrogado a más de 800 sospechosos, entre los que aseguró haber identificado a unos 500 miembros de Hamás y la Yihad Islámica Palestina, incluidos altos cargos.
Hasta la fecha se han encontrado siete fosas comunes en hospitales de la Franja de Gaza, incluidas tres en el de Naser, en Jan Yunis (sur) y una más en el hospital Kamal Adwan (norte), según las autoridades del devastado enclave palestino.
En el Naser llegaron a exhumarse casi 400 cadáveres, entre ellos mujeres, ancianos y pacientes, algunos con signos de tortura, las manos atadas y desnudos, lo que sugiere que fueron ejecutados.
Israel negó haber enterrado a civiles en fosas comunes, pero sí admitió haber "examinado" en busca de rehenes cuerpos ya enterrados en los patios del hospital Naser, que habían sido sepultado por los propios pacientes y el personal médico al no poder abandonar el centro.