¿Qué hace Tom Cruise para estar tan en forma a los 62 años?
Saltar desde el techo de un estadio para recoger la bandera olímpica y pasearla a lomos de una motaza por las calles y las avenidas (todo ello sin despeinarse, ni rastro de tensión en el rostro) no es algo que uno se imagine haciendo todos los días. Ni con 20, ni con 62 años recién cumplidos (como es en el caso que nos atañe).
A no ser, claro está, que ese uno se llame Tom Cruise y esté encantado de protagonizar otra de sus misiones imposibles en el acto de clausura de los Juegos Olímpicos de París, demostrando a todo el planeta en vivo y en directo -sin dobles, ni montajes en posproducción- que esa edad cronológicacon la que tanto se da la matraca no tiene por qué ser un obstáculo para gozar de una forma física envidiable.
Que sí, que Cruise vive de ello, que tiene todo el tiempo del mundo para entrenar, todo el dinero del mundo para comer salmón salvaje y todos los recursos del mundo para someterse a los tratamientos rejuvenecedores más punteros y bla, bla, bla, pero, reconozcamos que nada de eso serviría si, como apuntan todos los expertos, no hay detrás unos hábitos saludables que cualquiera, en la medida de nuestras posibilidades, podemos adoptar.
Porque aunque la mayoría no vivimos de ello, ni tenemos el tiempo, ni el dinero, ni los recursos para estar como Cruise, tampoco -seamos sinceros- nos vemos en la tesitura de tener que saltar de lo más alto del del Stade de France.
Entonces, ¿qué lección nos llevamos -si es que queremos llevarnos alguna lección- del salto de Tom en París? Pues que, más allá de su aspecto jovial, de la toxina botulínica, del ácido hialurónico o de los tratamientos inductores de colágeno, el actor no solo está fuerte como el vinagre, sino que -lo que es todavía más llamativo- se mueve con la agilidad de un chaval. Es decir, su jovialidad no es solo una cuestión de apariencia; es algo que 'le viene de dentro', que es lo más importante.
Y eso, más allá del tiempo, el dinero, etc... ¿Cómo lo consigue? Pues, utilizando el cuerpo para lo que está diseñado: para moverse. Porque, como es sabido, lo que no se usa, se pierde. Está claro que el no tener un trabajo de oficina con un horario fijo, como es su caso, siempre ayuda a combatir el sedentarismo, pero es que, además, al protagonista de 'Top Gun' le va la marcha.
Según ha confesado en varias entrevistas, entrena cinco días a semana, siguiendo a rajatabla una planificación que contempla tres días de gimnasio, en los que combina sesiones de fuerza y de cardio, con otros dos de actividades físicas de todo tipo y, a ser posible, al aire libre, que son las que, de verdad, le motivan.
Escalada, kayak, esgrima, carrera, bicicleta, golf, tenis... Cruise le da a todo y, aunque durante el fin de semana no entrena y, como cualquier hijo de vecino, se mete sus buenas sesiones de Netflix -dicen las 'malas lenguas'- intenta mantenerse activo.
Pero, más allá de la actividad física, ese ínfimo porcentaje de grasa corporal a partir de los 40, edad en la que el tejido adiposo se empieza a acumular en la zona de la barriga, tiene su origen en una dieta cuidada con esmero hasta en su más mínimo detalle. Cuentan que Cruise sigue a rajatabla los consejos nutricionales de los Beckham.
Al parecer, siguiendo las recomendaciones de David Beckham, tan solo ingiere 1.200 calorías al día, y, 'cuenta la leyenda', que las reparte en 15 'snacks' en lugar de en tres comidas principales.
No prueba el azúcar, ni cata los hidratos de carbono simples, ni la comida procesada y tampoco bebe alcohol. Salmón, brécol, aceite de oliva, frutos rojos, jengibre y chocolate negro figuran en la lista de los alimentos favoritos que le prepara su 'chef' personal a la plancha y siempre a baja temperatura (porque la alta está asociada a procesos de aceleración del envejecimiento e inflamación crónica).
¿Algo más? Pues, teniendo en cuenta lo que se mueve, lo que come y la edad que tiene, lo suyo es que Tom Cruise recurra a los complementos nutricionales para, como indica su nombre, complementar (que no para sustituir) a la alimentación. ¿Cuáles? Además de batidos de proteínas para 'nutrir' la masa muscular, multivitamínicos, omega-3, magnesio, vitamina D, probióticos forman parte de su rutina diaria.
En lo que 'pincha' el actor en esto de los hábitos saludables es en el descanso, porque, tal y como él mismo ha confesado, apenas duerme, sobre todo, durante los rodajes. Es más, se dice que ronca tanto que, cuando estaba casado con Katie Holmes, tuvo que acondicionarse un 'snoratorium', una especie de santuario para facilitar el sueño, tanto el suyo propio como el de los que comparten techo con él, gracias al infranqueable aislamiento acústico de sus paredes. Pero esto ya es harina de otro costal...