Sánchez renuncia a los Presupuestos de 2024 que daba por seguros e intentará aprobar los de 2025
En el PSOE responsabilizan a su socio de coalición de haber puesto en peligro la legislatura después de que los comunes -uno de los partidos que integran el espacio "plurinacional" que lidera Yolanda Díaz- hayan abocado a un adelanto electoral en Cataluña al tumbar con su voto negativo las nuevas cuentas de la Generalitat. "No respondemos por Sumar", han recalcado fuentes de la dirección de Ferraz, donde se desvinculan por completo de las réplicas que este terremoto político va a tener a escala nacional por su "colaboración" para intentar evitar este escenario.
Tras el acuerdo alcanzado la semana pasada con Junts y ERC para sacar adelante Ley de Amnistía, tanto en el Gobierno como en la cúpula socialista se empezó a trasladar el mensaje de que habría Presupuestos Generales del Estado y, por tanto, la garantía de que Pedro Sánchez podría mantenerse al frente de La Moncloa. Esta misma tarde el presidente ha renunciado a seguir negociando los de 2024 y ha dado la orden a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, para que se ponga a trabajar para intentar aprobar los de 2025.
La posibilidad de alcanzar un pacto durante la precampaña catalana era improbable ya que, después de lograr el perdón de los delitos a los encausados por el procés, los independentistas competirían por hacer alarde sobre qué otras cosas más pueden conseguir, como el referéndum de autodeterminación. Se pone fin así de forma abrupta a las conversaciones que se venían manteniendo desde "hace semanas" con la confianza de amarrar la legislatura.
La carambola de que haya sido un partido integrante de Sumar el que haya tumbado las cuentas catalanas ha colocado el foco sobre Yolanda Díaz y ha dejado la pregunta de si no podía haberlo evitado dado que el voto de ERC es imprescindible para los intereses del Gobierno de coalición. No sólo el PSOE esperaba algo más de ella.
Hace días que ERC se puso en contacto con la líder de Sumar para tratar de que presionara a sus socios para aprobar las cuentas de Pere Aragonès, jugando con la reciprocidad de intereses con los Presupuestos del Gobierno central. Sin embargo, fuentes de los comunes destacan que la reacción de la vicepresidenta fue "impecable" a esa tentativa, pues rechazó ejercer cualquier tipo de intromisión en un tema que, dijo, correspondía decidir en exclusiva en Cataluña.
"Ser una fuerza plurinacional no es sólo hablar catalán, es que las decisiones se tomen allí", defiende un alto cargo de Sumar, que rechaza que tuvieran que haber intervenido, como hubiera preferido el PSOE. Fuentes socialistas y de Sumar coinciden en que tampoco se pidió desde Moncloa a Díaz que mediara para flexibilizar la posición de su aliado.
La Ejecutiva de Sumar subrayó ayer su alineamiento total con sus socios catalanes. "No sólo respetamos, sino que compartimos la decisión de los comunes", recalcan fuentes oficiales. Justifican su rechazo a que se impulse un Hard Rock en Tarragona, "el que sería uno de los macrocasinos más grandes de Europa con más de 1.200 máquinas tragaperras acompañado de rebajas masivas de impuestos al juego y que consumiría el mismo agua diariamente que un municipio de 30.000 habitantes". "Este modelo de desarrollo de los años 90", inciden, es "absurdo en un contexto de emergencia climática y que empuja a Cataluña a un modelo de salarios bajos y empleos precarios".
Otras fuentes de Sumar comparan la situación del Hard Rock con la que se vivió en Madrid con Eurovegas, otro proyecto al que también se oponían frontalmente, o la ampliación del puerto de Valencia, que también crea tensiones en el Gobierno. "Es todo lo mismo", dicen, por lo que defienden que son "coherentes". Con esto Sumar zanja que no hay grietas con la posición de los comunes.
En este contexto hay otra pregunta que es relevante. ¿Podía realmente Díaz forzar a Catalunya en Comú a cambiar de parecer? La respuesta corta es no. Pues no existe ninguna dependencia jerárquica ni vinculación orgánica que permita a Madrid imponer decisión alguna. Por tanto, por mucho que hubiera querido Díaz tampoco tenía esa capacidad de maniobra que le atribuye el PSOE o ERC. La explicación tiene que ver con la construcción de Sumar y su funcionamiento y, también, con la autonomía que tiene desde hace mucho la confluencia catalana.
Los comunes tienen personalidad propia y una cultura política consolidada desde muchos años antes de la existencia de Sumar, que bebe de la tradición más reciente de ICV. Es más, son los comunes los que ayudan en gran medida a Díaz a armar su proyecto, compartiendo con ella liderazgos como Ernest Urtasun o figuras clave como Josep Vendrell. No hay una unión jerárquica, sino una unión solidaria y un proyecto compartido que se basa, entre otras cuestiones, en una perspectiva "plurinacional" donde ellos mandan en Cataluña y Díaz en el conjunto.
En Ferraz, a su vez, ponen el foco en que tanto en las elecciones catalanas como en las vascas del 21 de abril "el PP será un convidado de piedra que luchará por no quedarse en tatos por ciento de un dígito y en las que el PSOE juega un papel central". Asimismo, pese al revés de los Presupuestos de 2024, expresan su confianza en que, a nivel nacional, "la legislatura será larga".