La UME se enfrenta a los jabalíes sin disparos y con jaulas para contener el foco de peste porcina en Cataluña

Jaulas para capturar ejemplares, repelentes químicos y vallas para perimetrar la zona son los principales instrumentos con los que se cuenta, descartado de inicio el uso de armas de fuego o de perros de caza para evitar precisamente que el estruendo disperse a los animales, tal y como se recoge en el Plan de Contingencia elaborado por la Generalitat, y que se actualizó precisamente el pasado mes de octubre. «Deberán capturarse los jabalíes que queden vivos en la zona con métodos que eviten su dispersión. Las batidas no son aplicables», se señala en el documento, consultado por este diario.

El consejero de Agricultura catalán, Òscar Ordeig, con el jefe de los Grupos Especiales de Agentes Rurales, Lluís Pallarès efe

No es una tarea fácil, empezando por la orografía del terreno, en algunas zonas de muy difícil acceso, tal y como explicaron ayer tanto el consejero de Agricultura catalán, Óscar Ordeig, como el jefe de los Grupos Especiales de Agentes Rurales, Lluís Pallarès. Se han trazado cuadrículas de 300 por 300 metros, y la búsqueda es intensiva.

Para ello se cuenta con la ayuda muy específica de la UME, cuyos soldados se incorporaron ayer de manera progresiva al dispositivo, principalmente en tareas de control cinegético, desinfección, cálculo de la densidad de fauna con drones y apoyo a la retirada en caso de detección de más cadáveres, algo esto último que se realiza en condiciones de bío-seguridad muy estrictas.

La búsqueda de la UME es intensiva y cuenta con drones y especialistas en control cinegética y desinfección

La UME cuenta sobre el terreno con 25 vehículos, principalmente unidades del Grupo de Intervención en Emergencias Tecnológicas y Medioambientales (Gietma), de Torrejón de Ardoz (cuartel general de la UME) y el IV Batallón con base en Zaragoza. Además, el dispositivo cuenta con personal de las Agrupaciones de Defensa Forestal (ADF), de la Federación Catalana de Caza, del Parque Natural de Collserola y veterinarios, entre otros.

Granjas a salvo

Por el momento, el foco parece confinado, y únicamente dos ejemplares, los encontrados el viernes en el municipio de Cerdanyola del Vallès (Barcelona), han dado positivo, mientras que otros 40 ejemplares, de los cuales ocho son sospechosos, están siendo analizados en Madrid en el laboratorio oficial de referencia del Ministerio de Agricultura. Todos los ejemplares, en cualquier caso, estaban dentro de la zona de contención más intensiva de seis kilómetros (zona infectada), a la que se suma otra de hasta 20 kilómetros (zona de vigilancia). Ninguna de las 39 granjas de porcino analizadas dentro de la zona ha dado positivo.

Si el objetivo primero es vaciar de ejemplares toda la zona infectada -bien por que mueran por la enfermedad, bien por que hayan sido capturados- en una siguiente fase se deberá proceder a la «reducción drástica de la densidad de jabalíes» en la zona de vigilancia, lo que se conoce como «vaciado sanitario», para lo que sí que se podrá contar con la ayuda de cazadores, calibrando eso sí como abatir el «máxima número de ejemplares causando el mínimo movimiento de los animales hacia zonas adyacentes», tal y como se recoge en el Plan de Contención.

«El Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat han dejado que la población de jabalíes crezca más allá de lo razonable»

Según datos oficiales de abril de 2024, en el parque de Collserola hay una densidad de 8,2 jabalíes por kilómetro cuadrado, importante en su número pero en cualquier caso la mitad de los que se llegaron a contar durante la pandemia, cuando las restricciones de movilidad y la imposibilidad de realizar batidas disparó las cifras hasta los 17 ejemplares por kilómetro cuadrado.

Durante ese periodo fue muy habitual -aún lo es ahora, aunque con menos frecuencia- ver a ejemplares bajar hasta zonas habitadas para hurgar en contenedores de basura. Aunque por efecto de la sequía y las batidas autorizadas el número de animales se ha reducido de forma considerable, el grupo municipal del PP de Barcelona, liderado por Daniel Sirera, lamentaba ayer que el Ayuntamiento y la Generalitat solo han actuado de manera reactiva y tras haber dejado que la población de jabalíes crezca más allá de lo razonable.

Parque de Collserola, cerrado

En cualquier caso, el «vaciado sanitario» y la reducción de la densidad deberá realizarse en una fase posterior, porque de lo que se trata ahora es de superar la etapa de mayor virulencia del foco en la zona infectada y evitar su propagación. Por ahora, se mantiene el cierre de acceso en la zona, así como la suspensión de las actividades de ocio en todo el Parque de Collserola, una vigilancia que se hará de manera más intensiva para evitar que ciclistas o paseantes accedan a la zona, como si vio el pasado fin de semana, en un parque de tipo forestal pero rodeado en gran parte de su perímetro de zona urbana.

Junto con las tareas de contención, se trabaja a contrarreloj para realizar el análisis genético de los jabalíes contaminados, lo que permitirá determinar si la cepa coincide con alguno de los focos detectados en Europa. De ser así, se confirmaría la que es la principal hipótesis sobre el origen del foco, que es la de que un jabalí entrase en contacto con embutido u otro producto cárnico contaminado procedente de Europa tras hurgar en la basura.

Es lo que ya se ha conocido como la 'teoría del bocata', más plausible cuando la zona en la que hallaron los dos jabalíes infectados es muy próxima a la autopista AP-7 y otras vías de transporte de coches y camiones. «La probabilidad de que el origen sea de un embutido, un bocadillo o un producto contaminado que haya llegado por carretera es alta. No está confirmado, pero es una hipótesis», se apunta desde la Generalitat, que advierte que la contaminación también puede adherirse a las suelas de los zapatos o neumáticos de coches, motivo por el que se desinfecta a los integrantes del dispositivo de vigilancia y sus vehículos.