España pierde 70.900 personas hasta junio por el saldo de nacimientos y muertes, sólo con Madrid en terreno positivo

España ha registrado en la primera mitad del año un total de 156.202 nacimientos, pero dado que el número de defunciones ha ascendido en ese periodo a 227.167, la población se ha reducido en 70.965 personas por motivos naturales, sin tener en cuenta el impacto que han tenido los flujos migratorios y que también afectan al saldo final.

Según los datos publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística, el crecimiento vegetativo de la población es negativo, lo que supone que España necesita recibir más personas del extranjero de las que se van a otros países para mantener un aumento de su población. No obstante, esa pérdida de personas por motivos naturales no se da en todas las comunidades.

Los datos de enero a junio muestran que la Comunidad de Madrid es la única que ha registrado más nacimientos que fallecimientos en los primeros seis meses del año (25.739 frente a 25.229, un saldo positivo de 510 personas), con lo que es la única capaz de incrementar su población al margen de la llegada de extranjeros, junto a las ciudades autónomas de Ceuta (con una ganancia de 48 personas) y Melilla (183).

En todas las demás se ha producido una pérdida de población por motivos naturales, con las caídas más acusadas en Galicia -que ha perdido 10.705 personas por este motivo-, Andalucía (-9.156) y Castilla y León (-9.055).

Al ser la autonomía más poblada, Andalucía es también la que registra un mayor número de nacimientos (29.274 en los primeros seis meses del año), pero es al mismo tiempo la que lidera las defunciones (con 38.430), lo que la deja con uno de los peores saldos del país.

Si España no tuviera un saldo migratorio positivo -más llegada de inmigrantes que salida de emigrantes-, su población caería sistemáticamente debido a la combinación de dos factores: el envejecimiento de la población que ensancha la pirámide demográfica por la parte alta de la misma -lo que se traduce en que cada año hay más fallecimientos-, y la caída de la natalidad, que impide que la llegada de nuevos niños compense la pérdida derivada de los que se mueren.

En España cada vez nacen menos niños, algo que se ha comprobado de nuevo en la primera mitad de este año. De enero a junio han nacido un 25% menos que los que vinieron al mundo en el mismo periodo de 2014 en el país. Esto supone 52.000 niños menos que hace una década sólo en el primer semestre.

La parte positiva es que se ha producido un leve incremento respecto a los datos del año pasado: en la primera mitad de 2023 el número de alumbramientos fue un 0,28% inferior, es decir, este año han nacido 440 niños más que el pasado. No ha habido aumentos, sin embargo, en todas las comunidades: donde más ha bajado el número de partos es en Andalucía, con 653 niños menos, Galicia y Extremadura. Sin embargo, en Madrid han nacido 917 niños más en la primera mitad del año; en Castilla y León, 338, y en Baleares, 268.

La tendencia es, en general, claramente descendente y el retroceso en el número de nacimientos se produce en todas las franjas de edad de la madre salvo en las que están por encima de los 40 años, lo que confirma que las españolas están retrasando de forma sistemática su maternidad. Sólo se incrementan los nacimientos de madres de 40 a 44 años (un 5,4%), los de quienes tienen de 45 a 49 (un 76,7%) y los de las de más de 50 (un 137% respecto a 2014), mientras que las mujeres que no llegan a la cuarentena tienen cada vez menos hijos.

La demora se debe tanto a factores económicos -inestabilidad laboral hasta bien entrada la madurez y problemas para acceder a la vivienda, lo que retrasa la emancipación y formación de familias- como a elementos sociológicos -cambio de preferencias- y, a su vez, retroalimenta la caída de la natalidad, ya que cuanto más tarde se intentan tener los hijos más difícil es que prosperen los embarazos y menos tiempo resta para poder tener más de uno.

Se trata de un fenómeno puramente demográfico pero tiene importantes repercusiones económicas para el país, como siempre recuerda este periódico, ya que se fía el crecimiento de la población, del grupo de personas en edad de trabajar y de la propia economía a los flujos migratorios.