Los restos del Papa abandonan Santa Marta y ya van rumbo a la plaza de San Pedro

Su agenda oficial estaba gestionada por la Prefectura de la Casa Pontificia, y eran los encuentros matutinos con jefes de Estado y de gobierno, obispos y grupos organizados. Por la tarde, gestionaba él su agenda y se reunía con quien él mismo decidía. En Santa Marta.

Aquí besó los pies de líderes enfrentados de Sudán del Sur para pedirles que pusieran fin a la guerra civil. Aquí citó a los líderes israelí y palestino Shimon Peres y Mahmoud Abbas para un encuentro de oración por la paz. Aquí desayunó con personas sin techo, recibió a transexuales y abrazó a prisioneros.

Y de aquí se ha marchado esta mañana.

A las 9 de la mañana se han abierto sus portones para despedirle. Lo llevaban los 'sediari', porteadores de la tradición vaticana, un cuerpo organizado de laicos que, aseguran ellos, se remontan a quienes llevaban la sede de Pedro a las 'domus ecclesiae' de Roma.

Le acompañaban con gesto compungido varias decenas de cardenales, acompañados por el cardenal camarlengo Kevin Farrel y monseñores. El cortejo ha pasado junto a los muros de la basílica de San Pedro y ha entrado en la plaza de San Pedro por el Arco delle Campane.

En la plaza se han formado las primeras filas para entrar en la basílica y despedirle, pero lo cierto es que no hay grandes multitudes. Podrán entrar a partir de las 11 y tendrán tiempo hasta las siete de la tarde del viernes para despedirse de Francisco.

Muchos vienen por curiosidad. La mayoría, para decirle adiós o darle las gracias.