Felicidades, Cholo

Acabado el partido, y más allá de los fastos por la Copa Hacemos Sufrir Mucho al Madrid, para los se deberá acordonar convenientemente Neptuno al objeto de que la afición colchonera no se avalance sobre el viejo y solitario dios de los mares, un Cholo verdaderamente eufórico por haber sido eliminado en los octavos de final por el undécimo clasificado de la liguilla de la Champions, pidió que levantaran la mano aquellos periodistas que hubieran visto a Spiderman Álvarez tocando dos veces el balón en el penalti de marras.

No preguntó por la mano de su hijo Giuliano dentro del área, no, esa se le pasó, ni tampoco por la expulsión de Lenglet o la falta sobre Brahim, el felicísimo entrenador del Atleti se quedó con esa jugada en concreto. Nadie abrió el pico, por cierto, porque en la sala de prensa había más calvas que en el último concierto de la orquesta Súper Sanjuaneros.

Compartimos alegrías el Cholo y yo, la suya por caer eliminado, la mía por pasar a los cuartos de final. Aunque, vistas las caras de sus jugadores nada más acabar el partido, tendrá que meter mucho psicoanálisis y tirar a tope de las obras completas de Freud y de Jung para explicarle al vestuario las mil razones por las cuales resulta más reconfortante perder que seguir adelante. Es un gran motivador, seguro que lo logra.

Por ejemplo, ahora pueden centrarse en la Liga, ahí tienes una. Y, además, es un hecho que el Atleti continúa creciendo porque cada año que pasa el Madrid sufre un pelín más, ahí va otra. Y no nos olvidemos de la suerte. Y de Dios, que es del Madrid. Ya sólo le faltan novecientas noventa y seis. Felicidades, Cholo, mi más sincera enhorabuena. A celebrarlo por todo lo alto.