El BCE prorroga la pausa en los tipos de interés hasta marzo y los mantiene en el 4,5%

En tres ocasiones con la de hoy habrá salido Christine Lagarde al escenario para anunciar la no noticia, que el Banco Central Europeo (BCE) mantiene estables los tipos de interés una reunión más, y a medir al milímetro cada palabra de su discurso para hacer las veces de brújula para los mercados. De este modo el consejo de gobierno del banco central mantendrá estables los tipos de interés de nuevo hasta, como mínimo, la próxima reunión que se celebrará el 7 de marzo con la tasa que define el coste de los préstamos en la Eurozona en el 4,5% y la tasa de depósito en el 4%, máximo histórico.

A Fráncfort le faltan datos y la demostración empírica de que la inflación está lo suficientemente controlada como para no volver a repuntar en el caso de que decidan bajar por primera vez los tipos de interés. Pero es un equilibrio difícil de mantener ya que, al mismo tiempo, necesitan que la economía frene, pero no tanto como para provocar una recesión en la zona euro más profunda que una mera contracción de seis meses. El último cuadro macroeconómico publicado por el BCE el pasado mes de diciembre mostraba una estimación de crecimiento del 0,8% para este 2024, dos décimas menos que la anterior previsión de septiembre, y de un 1,5% para 2025, estable sobre la estimación anterior. El contagio de la política monetaria está calando en cada estrato de la sociedad, con el consumo de capa caída, bancos que restringen sus préstamos y ciudadanos que piden menos dinero y, sobre todo, que se ven más ahogados por su vinculación a hipotecas o a créditos a tasas variables.

En lo que respecta al dato de inflación, en diciembre los precios volvieron a repuntar sobre el suelo que tocaron en noviembre, en el 2,9% para el dato de IPC de la zona euro, y con una tasa subyacente (aquella que excluye el precio de carburantes y productos frescos) del 3,4%, muy alejada del objetivo de Fráncfort de mantener los precios con un crecimiento del 2%. La gran preocupación del BCE sigue siendo el alza de los salarios, con una tasa de desempleo en mínimos históricos del 6,4%, y que continúa presionando al alza los precios.

Sin ninguna expectativa más, el mercado estará pendiente de las palabras de Christine Lagarde. Ya hace una semana la presidenta del BCE trató de rebajar el optimismo de los inversores (que anticipan hasta seis rebajas de tipos este año empezando en abril) cuando aseguró que era probable que el primer recorte del precio del dinero se produjera "en verano". A Lagarde no le gustan las previsiones tan agresivas que contempla el mercado porque podría provocar un susto en las bolsas innecesario y que se escapa al control del BCE que lleva telegrafiando sus próximos movimientos desde julio de 2022, cuando acometió la primera subida de tipos del nuevo ciclo.