La gripe aviar agrava la crisis de precios del huevo, que acumula un alza del 22% en un año

En los últimos días se han sucedido los nuevos brotes, circunstancia que, unida a la llegada de aves migratorias del Este, ha obligado al Ministerio de Agricultura a ordenar, desde ayer, el confinamiento de todas las aves de corral en nuestro país. Por el momento ya han tenido que ser sacrificados 2,5 millones de animales, lo que equivale a un 5% del censo.

Tanto la industria como el Ministerio han reconocido ya que el problema sanitario es «una de las razones» de la escalada de precios, y los datos son claros. Según el INE, en octubre el IPC de este alimento avanzó un 5% con respecto al mes anterior, un alza que rompe con cinco meses de precios estables y devuelve la estadística a cifras de marzo, cuando la falta de oferta provocó un primer repunte.

A partir de aquí, resulta difícil hacer previsiones a futuro. Por lo pronto, desde la organización agraria COAG celebran la decisión tomada por Agricultura, que supone «poner la venda antes que la herida» y evitar que se de una situación parecida a la que vivió EE.UU. en marzo, lo suficientemente grave como para que la Casa Blanca solicitara a Europa que incrementara sus exportaciones. En una rueda de prensa ayer, el director general de Sanidad de la Producción Agroalimentaria y Bienestar Animal del Ministerio de Agricultura dijo esperar que la situación sea «coyuntural».

La oferta, estancada frente a una demanda que no deja de crecer

En todo caso, lo que no es coyuntural es la atonía que muestra la oferta con respecto a una demanda que no deja de crecer, tanto por el precio -hasta ahora, atractivo-, como por el crecimiento poblacional e incluso la inmigración -por los hábitos de consumo de los inmigrantes-. Sobre esto, de nuevo los datos no dejan lugar a dudas. En 2024 la producción de huevos aumentó apenas un 0,3%, mientras el consumo escaló casi un 3%; de hecho, desde 2010 lo ha hecho un 10%.

Y esto explica, por cierto, que la producción de gallinas ponedoras en España esté claramente enfocada a la demanda nacional, con apenas un 20% de exportación (sobre la producción total de huevos) que diferencia a este sector de otros que son claramente exportadores, como las frutas y hortalizas.

Lógicamente, para los consumidores la subida de precios es una mala noticia, pero la lectura que hacen los agricultores es distinta. A nadie escapa que esta reciente escalada ha supuesto un bálsamo para un sector que en los últimos trece años ha tenido que soportar unos márgenes de beneficio escasos en varios momentos. Según datos de Agricultura, en este tiempo los costes han superado el precio de venta hasta en tres ocasiones: en 2013, en 2016 y en 2021.

Las normas de bienestar animal también suben el precio

Como ya explicó ABC, uno de los factores que ha reducido los beneficios han sido los sucesivos cambios normativos impuestos por la Comisión Europea, en lo que refiere al bienestar animal especialmente. El primer golpe para el sector llegó en 2012, cuando Bruselas obligó a los granjeros de todo el continente a adaptar sus jaulas para que tuvieran al menos 750 centímetros cuadrados para cada ave, un nido, una litera, una percha y un lugar donde limar las garras, un cambio que obligó a unas inversiones de los que muchos aún no se han recuperado.

Como explica a ABC Eloi Ureña, portavoz de COAG, el caso es que desde las organizaciones agrarias saben perfectamente que se avecina otra reforma, muy probablemente, la eliminación definitiva de las jaulas. Tanto es así que la mayoría de granjas nuevas que se construyen, explica Ureña, están adaptadas para la producción en suelo, con el coste que ello conlleva. La paradoja de todo esto, sin embargo, es que a pesar de que hace un lustro que Bruselas anunció esta reforma, todavía no se ha plasmado en ninguna directiva concreta. Desde COAG aseguran estar a favor del bienestar animal, pero denuncian que la falta de concreción por parte de Bruselas genera una inseguridad que retrasa y encarece la transformación del sistema productivo.