Un año de cárcel para el fotógrafo que acosó a la pareja de Gerard Piqué>

Así, reza el fallo del Juzgado Penal 14 de Barcelona, «el aluvión de actos de vigilancia, persecución, referencias en las redes sociales, y demás descritos, solamente puede ser calificado de actitud intimidatoria, generando el consiguiente amedrentamiento y desasosiego en la destinataria de tales actos». Apunta además el juez que «la gravedad de la conducta desplegada por el acusado es incuestionable, tanto por los efectos indeseables que sobre la vida de la perjudicada existieron, como por la sintomatología derivada de ello».

El magistrado considera probado que entre agosto de 2022 y mayo del año siguiente, Martí vigiló «de forma insistente y reiterada» a Clara Chía, «quien hasta entonces era una persona anónima para el público en general». Lo hizo porque ella había comenzado una relación con Piqué. Así, «casi a diario, se presentaba en su domicilio particular, y en su lugar de trabajo». También la persiguió por el garaje, y en sus desplazamiento en coche por Barcelona. Daba igual si la pareja salía a cenar, o si iban a visitar a sus padres. El fotógrafo iba tras ellos, «a gran velocidad».

Según el fallo, el 'paparazzi' «no se limitaba a esperar a cierta distancia para sacar una foto, bien a ella, o bien a los dos integrantes de la pareja, sino que buscaba la proximidad física, provocaba una reacción de adverso que pudiera justificar la venta de un contenido a un medio de comunicación, fotografiándolos o grabando prácticamente pegado a ella o ellos».

Su foco de atención no era la pareja en sí, sino la joven. Las vigilancias la llevaron a abandonar la casa de sus padres, donde vivía. Y, en el trabajo, «provocaron que dejara de acudir sola, y la necesidad de ir siempre acompañada». Pero hubo más. «La persecución hacia ella se extendió a las redes sociales, facilitando él a través de sus propios canales, cual era el perfil de usuaria correcto de la Sra. Chía., lo que originó que recibiera un aluvión de mensajes peyorativos hacia su persona de seguidores y fans de la anterior pareja del Sr. Piqué, que le obligó a dejar de usar y cerrar sus perfiles».

Ese acoso hizo que la joven dejase de salir sola a la calle y de quedar con sus amigos en lugares púbicos, «como siempre había hecho». «Pasó a tener que ir camuflada, en ocasiones en el maletero de un vehículo, necesitó de acompañamiento para ir al trabajo. Dejó de ir al gimnasio, e incluso estuvo tres meses sin poder salir de casa y por tanto sin acudir al trabajo. Todos los actos del Sr. Martí, le han generado una gran sensación de inseguridad», apunta el magistrado.

Es decir, la persecución a la que Martí sometió a la víctima tuvo como consecuencia que ésta sufriese un «trastorno adaptativo en grado moderado, con repercusión en las áreas vitales personal, laboral y familiar y que para la curación precisa de tratamiento médico en la esfera psíquica».

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