Mauritania, un socio clave para una inmigración «ordenada»

Fue a finales de agosto de 2024 cuando, en plena crisis de los cayucos de Canarias, Sánchez anunció que Mauritania sería la primera parada de una gira africana diseñada para tratar de frenar en origen el flujo de llegadas por mar a nuestras fronteras. Las otras dos paradas fueron Malí y Senegal, de donde proceden la gran mayoría de las personas que emprenden un éxodo desde su vecina Mauritania hasta las islas Canarias con la esperanza de dejar atrás la guerra y la hambruna.

Según datos del Ministerio del Interior, en 2024 la república islámica sirvió como trampolín para 47.000 personas que alcanzaron el archipiélago canario. Para desactivar la ruta atlántica, el Gobierno de Sánchez ha apostado por reforzar una agenda bilateral con Mauritania. Desde su capital, Nouakchott, el líder del Ejecutivo anunció la creación del Foro Empresarial España-Mauritania y la apertura de una delegación del Instituto Cervantes en Nouakchott. También la aprobación de una serie de partidas presupuestarias por valor de 500 millones de euros, de las que también participa la Unión Europea para tratar de garantizar la estabilidad de un país como es Mauritania que enfrenta la inseguridad del Sahel, que se manifiesta en la amenaza del terrorismo yihadista y el crimen organizado.

El presidente del Gobierno también anunció que mantendría una Reunión de Alto Nivel (RAN) con el país africano que finalmente se celebró el pasado mes de julio en su capital. Sánchez acudió a la cita con siete delegaciones de su Gobierno compuestas por ministros y representantes de las carteras de Interior, Exteriores, Migraciones, Transición Ecológica, Reto Demográfico, Transformación Digital, Agricultura, Pesca, Alimentación, Transportes y Movilidad Sostenible. En aquella visita, el Ejecutivo dio varios pasos hacia delante para afianzar esta relación bilateral anunciando que España tendrá un consejero económico en Mauritania para incrementar su comercio mutuo.

Las llegadas se desploman

No en vano, el Ministerio del Interior, coincidiendo con aquella visita, publicó su informe quincenal de inmigración irregular que acumulaba el número de llegadas vía marítima y terrestre desde el 1 de enero hasta el 15 de julio de este año. Según los datos, las llegadas a Canarias se habían desplomado un 41% con respecto a 2024.

Las palabras «relación bilateral» y «cooperación» fueron las más repetidas durante la declaración institucional posterior a la reunión entre Sánchez y el mandatario mauritano, Mohamed Cheikh El Ghazouani, a quien el presidente se ha referido en varias ocasiones como «mi amigo».

Sánchez se ha propuesto también mediar en nombre del país africano en Europa y velar por sus intereses ante las instituciones europeas. «España va a seguir trabajando» para que la relación con los Veintisiete «responda satisfactoriamente a las demandas de Mauritania», declaró.

A pesar de sus esfuerzos, el control de las fronteras de Mauritania no se ha traducido en un descenso en el número de personas que alcanzan España de forma irregular desde el continente africano, pues tal y como se ha podido constatar este agosto, la ruta de Argelia hasta Baleares ha cobrado fuerza con hasta 600 llegadas en apenas una semana.