Así, la Puerta de la Virgen presenta a una joven María en un jardín que recuerda al Paraíso rodeada de una banda de estorninos que simbolizan el Espíritu Santo. La central, de doble hoja, es la dedicada a Dios Padre. En ella, el rostro del Creador, más desdibujado, ocupa el centro. Por último, el protagonista de la tercera puerta es Jesús, que aparece encarnado como un niño con una sonrisa dibujada en la cara que juega sin prisa.
Lo que burgaleses y visitantes podrán ver es el resultado de un proyecto «largo y muy cuidado» que comenzó con bocetos a mano y pequeños modelos en barro, donde el artista español definió las expresiones, gestos y proporciones de cada figura. A partir de ahí, se realizaron ampliaciones digitales en 3D para llevar esas maquetas a tamaño real, ajustando volúmenes y detalles milimétricos.
Una vez obtenidos los modelos definitivos, se elaboraron los moldes en resina y escayola que permitieron pasar cada pieza a la fundición en bronce. Para que las puertas funcionaran como «un conjunto coherente», un amplio equipo de escultores, modeladores, fundidores, patinadores y técnicos trabajaron durante meses afinando cada detalle. Esta labor que ha quedado recogida en un diario de taller con imágenes, pruebas, correcciones y decisiones que muestran en esta web como fue tomando forma esta idea artística.