Un perito asegura que las mascarillas de la 'trama Koldo' que Baleares no usó "hubieran salvado vidas"

Un perito especializado en material sanitario, farmacéutico de formación, afirma que las mascarillas que la trama Koldo vendió al Gobierno balear del PSOE, y que nunca se utilizaron, hubieran podido "salvar muchas vidas".

Arturo Molina, que firmó un informe en el expediente de alegaciones de la empresa vendedora ante la reclamación del dinero y por tanto trabajó para ella, ha comparecido este viernes ante la comisión de investigación que acoge el Parlamento balear.

En su exposición, donde ha detallado la legislación y las diferentes tipologías del material sanitario, el perito ha dicho que el cargamento vendido por la empresa Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas SL a Baleares a cambio de 3,7 millones de euros públicos, "no sólo era necesario sino que hubiera podido salvar muchas vidas".

Aunque ha admitido no haberlo examinado físicamente, sí analizó y estudió toda la documentación y los datos sobre el producto. "No puedo decir que fueran iguales que las FFP2 porque no lo eran, pero tenían unas prestaciones muy altas".

Eran casi un millón y medio de mascarillas compradas en plena pandemia (a finales de abril de 2020) a la empresa investigada por sus conexiones con un asesor del ministro, Koldo García, que acabaron siendo almacenadas en una nave del gobierno balear.

Allí se quedaron, apiladas y sin utilizar después de que un informe del Centro Nacional de Medios de Protección (CNMP) declarara que no eran aptas para el uso sanitario para el que habían sido compradas.

A pesar de ello, el Ejecutivo balear que entonces presidía Francina Armengol (PSOE) pagó el dinero, lo sufragó con cargo a las arcas de la UE sin informar a las instancias comunitarias de las conclusiones del CNMP y finalmente nunca dio ningún uso al material.

En su última argumentación, ofrecida el lunes, Armengol se defendió alegando que las mascarillas fueron almacenadas como "stock de seguridad" para la desescalada y que eran para la población civil. Pero lo cierto es que nunca se emplearon, que el informe de justificación de la contratación de urgencia refleja que eran para uso sanitario y que casi tres años después de comprarlas el gobierno que ella presidía inició los trámites internos para reclamar el dinero a la empresa por el material defectuoso.

Molina ha defendido la validez del material ante el órgano investigador del Parlamento balear. "Puedo decir como ciudadano que casi cualquier cosa que nos tapara la nariz y la boca en algún grado nos protegía de este virus tan letal", ha afirmado Molina en su intervención.

El perito ha sostenido que cuando se contrataron aquellas mascarillas la situación en España estaba "muy mal", con 1.000 fallecidos al día, y que los profesionales sanitarios estaban protegiéndose "con lo que tenían a mano".

Por ello, cualquier tipo de mascarilla, más allá de su clasificación como FFP2 (europea) o NK95 (china), habría tenido "gran valor" para proteger a los sanitarios. "Muchos profesionales caían en el ejercicio de su trabajo", ha sostenido, y "este material hubiera hecho una gran labor".

Molina ha explicado que defendido que aquellas mascarillas eran "suficientemente eficaces" y ha defendido que apartarlas en base al informe del CNMP fue un error. "¿Cómo puede retirarse un producto y guardarlo por si fuera necesario?", se preguntó en sus informes, en los que hoy se ha ratificado. "En aquel momento no es que fueran necesarias, es que hubieran salvado muchas vidas", ha abundado.