Borja Vilaseca, escritor y profesor: "Las personas que solo son felices si tienen pareja son mendigos emocionales"

Tu último libro, hasta el momento, se titula 'Ama tu soledad'... Viendo los datos de gente que confiesa sentirse sola, no nos queda otra, ¿no?
No, nos queda otra, porque, en un plano físico, nacemos y morimos solos. La vida es un proceso para ir soltando, desapegándonos, irnos encontrando con nosotros mismos, porque estamos 24 horas con nosotros. Sin embargo, no cultivamos la relación más importante que tenemos: deberíamos amarnos a nosotros mismos como nadie va a amarnos. Al principio, puede ser muy doloroso, porque no hemos recibido una educación emocional adecuada y lo posponemos hasta un punto en el que ya no queremos saber nada de nosotros mismos. Por eso, nos volvemos adictos a los demás.
Pero la soledad se ha convertido en una de las grandes pandemias globales. ¿A que lo achacas?
Cuando no sabes estar solo, eso es solitud, una palabra en desuso, que es otra cosa. La soledad es una emoción y es muy dolorosa, porque genera angustia vacío tristeza y ansiedad. No sabemos cómo lidiar con ella, porque, cuando la sentimos, buscamos un parche, encendemos el móvil, nos perdemos con tal de no sentir soledad. Por eso, se está transformando en una epidemia. Todos somos adictos a la sociodependencia, tenemos la necesidad de estar en contacto constante con otras personas y, por eso, cada vez más gente se siente sola. Las pantallas no curan la soledad.
¿Estamos cogiendo miedo a relacionarnos en vivo y en directo?
Las relaciones digitales, las relaciones 'online' dan la apariencia de conexión y evitan que te pinches con las púas del ego. Cuanto más íntimas son las relaciones y más convives, más conflicto hay. Por eso, hoy, los grandes conflictos son con padres, parejas e hijos. Con las pantallas estás, o parece que estás, más conectado que nunca, pero, en realidad, estás más aislado que nunca y eso favorece el sentimiento de soledad. Hoy hay más sensación de soledad que nunca.
En tema de pareja, la cosa no está mucho mejor. ¿Asistimos al final de la pareja tal y como la habíamos conocido?
Estamos asistiendo a la muerte de la pareja convencional, que tiene unos acuerdos que damos por sentados y una visión normativa que propone la sociedad que tiene que ver con ese amor romántico de Disney, de las almas gemelas, con que solo hay una sola persona para ti, con la convivencia extrema. Eso hace que la gente caiga en la trampa de las expectativas irreales y los apegos insanos. El amor se acaba encerrando en la jaula del ego y eso genera muchas toxicidades. Por eso, cada vez más personas que se han separado se cuestionan el modelo de pareja tradicional para buscar otras maneras de relacionarse afectivamente.
Cada vez hay más separaciones y, como has dicho, estas rupturas 'chocan' con el 'modelo' de vida que se nos 'inculca' desde la cuna en casa, en las películas, en los cuentos... ¿Qué hacemos para enfrentarnos a esta situación sin sufrir (demasiado)?
Para no volver a caer en lo mismo, es importante conquistar la solitud, sanar nuestra autoestima, abrazar a nuestro niño interior y convertirnos en un adulto completo. Desde ahí, te puedes vincular con más libertad y con un amor verdadero y de desapego. Cuando tienes necesidad de dependencia vas contra de tu bienestar y tu amor propio.
A eso vamos ahora. ¿Por qué esa obsesión con encontrar la media naranja, generación tras generación? ¿Y eso de no sentirnos completos hasta que encontramos a nuestra 'otra mitad'?
Es algo cultural. Hay una propaganda de la sociedad que nos dice que la única opción es estar en pareja. Bien es cierto que aquí también entran en juego elementos biológicos y, claro, nuestro cerebro está orientado a la supervivencia. Lo de compartir la vida con una persona y hacer equipo favorece o hace más cómoda nuestra existencia, pero el principal factor por el que nos vinculamos ahora es por evitar el miedo a la soledad. Por eso, es importante cuestionarnos el orden social establecido, cuestionar la propaganda, las evidencias, los modelos y las convenciones sociales, verificar los resultados que cosechamos y, como adultos, que cada uno, desde la libertad, haga sus reflexiones personales sobre cómo quiere relacionarse afectivamente.
¿Es que no se puede ser feliz siendo soltero?
Se puede ser feliz estando soltero -que viene de soltar- siempre y cuando aprendas a amarte a ti mismo, a hacerte compañía, a quererte y a sentirte completo. Pero ese es un 'viajazo? y requiere de un trabajo personal muy profundo, porque venimos de familias disfuncionales y todos, insisto, tenemos un niño o niña herida que el adulto ha abandonado. Eso es doloroso y, por eso, buscamos que otros nos quieran.
Es más, ¿se puede ser más feliz soltero?
De hecho, es una tendencia. Hoy en día, hay muchas personas que deciden mantenerse solteras, porque, aunque no descartan tener pareja, no les vale cualquier cosa; solo si les suma. Es una cuestión de amor propio. La solicitud permite ser un libre pensador. .
¿Qué les dirías a esas personas que se pasan la vida 'implorando' que las quieran y que solo son felices si tienen a alguien al lado (aunque no les aporten nada)?
Las personas que solo son felices si tienen pareja son mendigos emocionales. Tienen muy poca autoestima y miedo a la soledad. No les gusta estar solas y se aburren. No tienen una vida interior plena y proyectan ese anhelo de felicidad en una pareja que creen que resolverá sus problemas y traumas. Es una visión muy infantil e inmadura, que tiene que ver de la familia de la que venimos o del sistema educativo, industrial, etc. Para alcanzar el amor propio, hay que llevar a cabo proceso terapéutico muy profundo.
Con tanta caída, llega una edad en la que uno se cierra en banda. ¿Eso es sano?
Sí, cuando ha habido apego emocional, una ruptura es muy dolorosa. Es normal que, después, las personas tengan miedo a vincularse, se cierren y se aíslen. O que, por el contrario, caigan en el libertinaje, de que hago lo que quiero cuando quiero. Son los dos extremos. Uno es el ermitaño que no quiere vincularse por miedo a sufrir y el otro sería el dependiente emocional y del apego insano, que es donde hemos estado la mayoría por la propaganda y la falta de herramientas de no saber cómo vincularnos de otra manera. También, está el punto intermedio con vínculos amorosos más libres. Todas estas reflexiones, por cierto, están basadas en mi experiencia personal.
¿Se puede descongelar un corazón congelado? ¿Cómo?
¡Claro que se puede descongelar un corazón congelado! Y eso se consigue con el amor a uno mismo, que es lo más cálido que hay.