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El beneficio neto se espera que alcance los 370.000 millones de yenes, unos 2.200 millones de euros. Originalmente, la compañía había previsto registrar unos 2.400 millones. El principal factor detrimental al que tienen que hacer frente, según Nissan, son los costes.
No es la primera vez que el fabricante japonés reduce sus previsiones para el pasado año fiscal. Ya en febrero, bajó su meta de volumen, de los 3,7 millones de unidades a 3,5 millones, alegando «una disrupción logística temporal y una competencia más intensa».
Aún así, el viernes se reafirmó en sus intenciones de aumentar en un millón de unidades sus ventas globales para el ejercicio fiscal 2026 (que concluye en 2027), así como acelerar su transición al coche eléctrico.
«Para alcanzar los objetivos del plan estratégico, buscaremos maneras más eficientes de colaborar con proveedores», señaló la marca. Según su consejero delegado, Makoto Uchida, la marca había tenido problemas en el mercado chino.
«Francamente, hemos tenido problemas con el volumen de venta en China. En los últimos cinco meses, las cosas han mejorado significativamente, pero nuestra capacidad sigue siendo excesiva», señaló en una rueda de prensa.
En 2023, China superó a Japón como el mayor exportador de vehículos superando los cinco millones de unidades. Los fabricantes nipones se han mostrado cautos ante el volumen de coches eléctricos que procede de ese mercado, apostando, en cambio, por las propulsiones híbridas.
Nissan presentará sus resultados financieros para el ejercicio 2023 el próximo 9 de mayo.