Así es la nueva peluquería de Camavinga en Madrid>
The Camavinga House, situada en el número 12 de la calle General Álvarez Castro de Madrid (cerca de la plaza de Olavide), abrió sus puertas el 8 de diciembre. Se trata de una peluquería enfocada al público masculino, que también ofrece corte y cuidados de la barba, creación y arreglo de rastas (el peinado que precisamente luce Eduardo Camavinga), decoloración, mechas y colores fantasía. Los precios de los servicios se sitúan entre los 23 euros del corte de pelo, a los 200 euros por la creación de las rastas desde cero, pasando por los 10 euros por el perfilado de barba.
Al frente de la peluquería The Camavinga House se encuentra Sebastiao, el hermano mayor del futbolista, peluquero de profesión. Sebastiao Camavinga se mudó a Madrid, junto al resto de la familia, cuando el equipo blanco fichó a su hermano. Hasta ahora el hermano del centrocampista había trabajado en la peluquería Delegang hasta donde consiguió atraer a madridistas como Vinicius. Pero su deseo era tener su salón de peluquería propio y, gracias a su hermano, ya se ha hecho realidad. The Camavinga House se convertirá, con toda probabilidad, a partir de ahora en la peluquería favorita de los jugadores blancos.

La nueva peluquería de Camavinga es un espacio de paredes blancas, con espejos, aros de luz, las sillas típicas de las barberías y las peluquerías y cuadros con las camisetas que ha lucido el futbolista en el Stade Rennais, de la liga francesa donde debutó con 16 años, en el Real Madrid, y también en la selección francesa.
Además de la peluquería, los hermanos Camavinga podrían abrir próximamente otro negocio, vinculado a la moda. Según han anunciado en instagram, tras la inauguración de la barbería, se plantean lanzar su propia firma de zapatillas, otra de sus pasiones.
A pesar de su juventud Camavinga se adentra así en el mundo de los negocios, siguiendo los pasos de muchos otros futbolistas que compaginan su pasión por el balón con inversiones inmobiliarias y empresariales de diversa índole. Además de construir una carrera deportiva con mucho futuro, el joven de origen angoleño parece que tiene claro que invertir parte de sus ganacias en otros negocios es la clave para asegurar a su familia una vida llena de comodidades, algo impensable cuando vivían en el campo de refugiados.