Moncloa se distancia de las formas de Díaz con la patronal y abre la puerta a retrasar la reducción de la jornada laboral

La parte socialista del Gobierno marca distancia con Yolanda Díaz y las formas que la vicepresidenta segunda y líder de Sumar está mostrando con la patronal durante las negociaciones para la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas. Fuentes de Moncloa trasladan que no hay que imponer ese recorte, apuestan por seguir negociando con la patronal y abren la puerta a un posible retraso en la aplicación de la medida. «Vamos a darnos tiempo», apuntan.

Estas manifestaciones contrastan con las urgencias que muestra la también ministra de Trabajo, que el lunes se volverá a reunir con patronal y sindicatos. Ayer, durante las III Jornadas confederales LGTBI de UGT, Díaz trató de evidenciar que no hay ninguna fractura en el Gobierno, que ambas partes opinan lo mismo. «Tanto el presidente del Gobierno como yo hoy estamos diciendo exactamente lo mismo», subrayó, lo que, sin embargo, contrasta con el empeño que también mostró por presionar y cerrar ya las negociaciones con la patronal.

«Hay absolutamente margen para alcanzar un acuerdo», afirmó, para a continuación señalar directamente a la CEOE: «Vamos a ver ahí si la patronal tiene vocación de negociar o realmente tiene vocación de lo que está haciendo, que es estar en huelga de brazos caídos. Yo no me rindo».

En ese mismo acto, Díaz se mostró, además, a favor de impedir que las empresas que tienen beneficios puedan aplicar despidos colectivos, aludiendo al expediente de regulación de empleo (ERE) que Zegona está llevando a cabo sobre la plantilla de Vodafone en España. «Quiero deciros que en absoluto comparto, lo vuelvo a decir hoy aquí, que una empresa que tiene beneficios pueda acudir a un expediente [de regulación de empleo]», expuso. «Nadie comprende cómo es posible que una empresa que tenga beneficios acuda a un expediente colectivo de regulación de empleo», aseveró, lo que no hace más que incidir en esa división que existe en el seno del Gobierno.

La parte socialista está preocupada por las manifestaciones que llegan desde el ámbito empresarial, como, por ejemplo, el duro comunicado que emitió esta semana Cepyme. «Este documento tiene que ser un catalizador, que la voz de la pyme española sea un clamor en todos los rincones del país: quien gobierna contra las pymes, contra nuestra libertad, gobierna contra el progreso de España», apuntó la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa en el manifiesto que publicó el miércoles. «Son días confusos, en los que se ataca la dignidad y la libertad empresarial», añadía el texto de la organización que dirige Gerardo Cuerva. Y en la CEOE hablan de «imposiciones» y «ultimátum» en las negociaciones. En Moncloa consideran que es necesario rebajar este tono de crispación que indisimuladamente se muestra desde el ámbito empresarial.

Los sindicatos, por su parte, afirman que están dispuestos a discutir con CEOE las «contrapartidas» que pide para rebajar la jornada laboral. Así lo dijo el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, en declaraciones recogidas por Europa Press en las mencionadas jornadas.

«Todos sabemos mucho más de lo que decimos porque ha habido meses de negociación con la patronal y las organizaciones sindicales y desde hace tiempo hay una pregunta que tiene que contestar la CEOE y hoy se la vuelvo a hacer. ¿Ustedes están de acuerdo con situar la jornada máxima legal en nuestro país en 37 horas y media? Creo que la respuesta a esa pregunta nos ayudaría a poder continuar negociando. ¿Qué sentido tiene que hablemos de contrapartidas cuando en realidad no nos han dicho que aceptan las 37 horas y media?», añadió.