Podemos amenaza al PSOE con una "ruptura total" por el impuesto a las energéticas

No sólo Junts amenaza al Gobierno. La acera izquierda sobre la que camina Pedro Sánchez también es suelo resbaladizo. Y en una de éstas el presidente corre el riesgo de perder el equilibrio y hacerse daño con la caída. Lo dice Podemos, que es quien lanza ese ultimátum al PSOE si, tal y como sospecha ahora, se constata que ha sido víctima de un «engaño» por parte del principal partido del Ejecutivo a la hora de hacerse con sus votos para salvar de forma in extremis la reforma fiscal del Gobierno.

Hay que remontarse al 21 de noviembre. Podemos entrega sus decisivos cuatro votos al Gobierno para aprobar el paquete fiscal después de una agónica negociación que hizo temer durante días que uno de los hitos de esta legislatura se podía ir por el sumidero. Finalmente, el ministro Félix Bolaños, que había acudido en auxilio de María Jesús Montero, logra atraer a Ione Belarra y se formaliza un acuerdo por el cual Podemos vota a favor a cambio de que se constituya una mesa con los partidos de la investidura de Sánchez para alumbrar un nuevo impuesto a las energéticas con vocación de ser permanente.

Ese impuesto era la exigencia planteada por Podemos, que pactó esa salida a pesar de que era consciente de la inconsistencia de esa promesa. Pues entre los partidos de la investidura están Junts y PNV, los dos partidos que con la fuerza de sus votos habían doblegado la prolongación de un impuesto a las empresas energéticas tal y como reclamaban Sumar -para cumplir uno de los puntos del acuerdo de gobierno entre ambos partidos-, así como otros socios parlamentarios como ERC, EHBildu o BNG.

La vaga promesa de sacar de esa mesa multipartita una proposición de ley conjunta bastó a Podemos para salir de la encrucijada en la que se había metido condicionando sus votos a esa medida. Lo que ha pasado desde entonces es la demostración de que hacer eso una realidad está muy difícil.

Podemos esperaba la convocatoria de esa mesa hace dos semanas. Algo que no ha ocurrido. Además, las señales lanzadas por PNV y Junts no eran precisamente alentadoras acerca de su predisposición a aprobar una medida que grave más a las empresas eléctricas.

Así que ayer Podemos dijo basta y alzó la voz para denunciar el «incumplimiento» por parte del PSOE. Que es quien se había comprometido a sentar a todos los partidos a negociar. «Queremos advertir de que de no revertirse supone para nosotros una ruptura total de la confianza con este Gobierno y, por tanto, la imposibilidad de que nos sentemos siquiera con el PSOE a hablar de un posible acuerdo sobre los Presupuestos», avisó el portavoz de Podemos, Pablo Fernández. «Hasta que este acuerdo no se concrete» no habrá cuentas para el año 2025 «con los votos de Podemos».

El ultimátum es que si ha habido «engaño» del PSOE, se actuará «en consecuencia» y «el Gobierno puede dar por rota cualquier posibilidad de acuerdo con Podemos de cara a los Presupuestos».

Ala vez que amenazaba, Fernández anunciaba que se había convocado para «el próximo miércoles» esa mesa de partidos. En cualquier caso, el retraso de dos semanas y la actitud parsimoniosa del PSOE tiene a Podemos en máxima alerta porque no ve «intención de cumplir». Si eso sucede, la acera izquierda resbalará más que la de Junts.