La adjudicación tramposa de las obras del Camp Nou

El resultado ha sido que los prometidos plazos de Laporta no se han cumplido, que el presupuesto inicial ha quedado desbordado, y que por supuesto Limak no ha pagado la compensación de millón de euros diaria por su retraso. El presidente del Barcelona sabía todo esto desde el principio y deliberadamente mintió para poder hacer con los turcos lo que las empresas españolas no le habrían podido permitir ni que hubieran querido.

Ni Limak ganó de manera transparente el concurso, ni Laporta confió en ellos por motivos arquitectónicos o de construcción, ni se ha cumplido ninguno de los supuestos incentivos por los que se despreció a las empresas españolas, con mucha más experiencia en la construcción de grandes estadios. Laporta lo sabía entonces y lo sabe ahora. Laporta sabía que mentía, sabía por qué lo hacía, y sabía que podría salirse con la suya, en todos los sentidos y extremos de la operación, y sin el menor problema. Los socios del Barcelona también conocieron el engaño desde el primer momento, entre otras cosas, porque ABC lo explicó, y también El Confidencial, pero como siempre, prefirieron el seguidismo y el fanatismo, tragar con las mentiras sabiendo que lo eran; y pese a todo ello, y a que el Camp Nou ni está acabado, ni se espera que lo esté en los próximos meses, lo cierto es que si hoy se celebraran elecciones a la presidencia del club, las volvería a ganar sin ningún tipo de duda Joan Laporta i Estruch.