Los líos internos se suceden en las tres provincias valencianas y tensionan al PSOE de Diana Morant
La digestión de la derrota electoral se le está haciendo pesada -e interminable- al PSOE valenciano. La elección de Diana Morant como secretaria general del PSPV-PSOE, para abrir una nueva etapa tras el liderazgo de Ximo Puig, evitó que se desmadrase el proceso de transición en un partido acostumbrado a las guerras fratricidas. Sin embargo, el aterrizaje en la segunda federación socialista de la también ministra de Ciencia se está produciendo sobre un terreno minado, una vez el aval de Ferraz parece haber quedado amortizado.
En el equipo de la líder socialista, que no lleva ni cuatro meses en el cargo, asumen que actualmente hay "dos problemas internos" que están generando no pocas "tensiones". Los focos se localizan sobre todo en Valencia y Alicante, si bien fuentes cercanas a Morant subrayan que "su liderazgo en ningún caso está cuestionado".
Es más, se apunta a que hay quien aprovecha de manera "injusta" su convalecencia por una intervención quirúrgica para reabrir el debate sobre sus ausencias en la Comunidad Valenciana. Obligadas, en cualquier caso, por sus compromisos también como ministra. Y sin que hayan pasado nunca más de diez días sin pisar terreno valenciano, según las fuentes consultadas, que subrayan por el contrario su capacidad para "marcar agenda".
Pero los fuegos internos se suceden sin que Morant haya sido capaz de apagarlos por completo. La última bronca se acaba de vivir en la capital alicantina, donde la portavoz municipal, Ana Barceló, ha llegado a pedir la dimisión del secretario general de la agrupación local, Miguel Millana. Fuentes socialistas reconocen que el pulso que se libra en Alicante -donde el partido está controlado desde hace años por el todopoderoso Ángel Franco, hoy en la ejecutiva de Morant- viene de lejos.
En concreto, se arrastra "de la época de Ximo Puig", aunque el problema en este caso tiene que ver, según fuentes socialistas, con la mala relación personal entre ambos dirigentes. Hasta el punto de que la mano derecha de Morant, el secretario de Organización del PSPV, Vicent Mascarell, se ha visto obligado a hacer acto de presencia en Alicante para tratar de calmar los ánimos. La propia Morant "ha tomado cartas en el asunto", insisten desde su equipo, hablando personalmente con todos los implicados. Pero no se ha llegado al extremo de hacer rodar cabezas.
Tampoco en Valencia, donde el líder provincial, Carlos Fernández Bielsa, quiso forzar -sin éxito- la dimisión de Mascarell de su ejecutiva. Bielsa, que ejerce como vicesecretario general en la dirección autonómica del PSPV, "está a la defensiva", a juicio de las fuentes consultadas. Y ello a pesar de que fue uno de los que aceptó retirarse de la carrera sucesoria para integrarse en el equipo de Morant. El otro fue Alejandro Soler, el líder provincial de Alicante, con el que la ministra mantiene una "relación magnífica".
Y en Castellón, al polvorín local de hace unos meses ha seguido el amago de dimisión por exceso de trabajo del secretario general provincial, Samuel Falomir. La dirección del PSPV rebaja la polémica y niega categóricamente que vaya a producirse su salida. Ahora bien, la sucesión de líos internos es tal que históricos del partido como Manolo Mata o Vicent Soler han pedido calma y no olvidar cómo se desangró el PSPV en las décadas de mayorías absolutas del PP valenciano.