La experiencia es un grado
No se ha dejado llevar ni en los momentos de miedo ni en los de euforia. Y en estos últimos 60 años en los que ha estado en primera línea ha visto de todo. Los ejemplos son muchos. Empezando por los más cercanos en el tiempo, Buffet ha sido de los pocos inversores que no ha sucumbido a la moda de las sietemagníficas. De hecho, en los últimos tiempos era noticia por la cantidad de pólvora seca que cargaba en las alforjas. Con un lacónico «no encuentro ideas atractivas de inversión» despachaba las constantes preguntas sobre la montaña de liquidez en la que estaba sentado. Hay que recordar que tampoco se dejó enganchar en la burbuja de las 'punto com'. Senso contrario, el oráculo de Omaha -que es como se le conoce en la industria de inversión- fue de los primeros que metió el pie en la gran crisis financiera suscribiendo un bono convertible de uno de los grandes bancos de inversión americanos por varios miles de millones de dólares en el peor momento de la crisis y cuando el sentir general era que el sistema financiero mundial iba a desaparecer tal y como lo conocíamos. Lo mejor, sin duda, son las explicaciones que ha dado en cada momento, desbordan sentido común.
La máxima de ser temeroso cuando todo el mundo está eufórico y, al revés, valiente en los momentos de zozobra es más fácil de decir que de hacer. No solo consiste en mantenerse al margen del sentir general, sino aprovecharse de esos excesos que de vez en cuando se producen poniéndose en frente de los mercados. El haber estado ahí antes, aunque las circunstancias hayan sido completamente distintas, marca la diferencia.