Una vez escuchados los testigos y al encausado, el Ministerio Fiscal y la acusación particular han mantenido sus peticiones de máxima pena por un delito leve de homicidio por imprudencia menos grave. En concreto 5.400 euros de multa y 18 meses de privación de carné de conducir. Ambos han considerado probado que «no es el deslumbramiento la causa del accidente, sino no reducir la velocidad como aconsejan las normas de tráfico y es igualmente una infracción grave no llevar el parabrisas del vehículo limpio».
Por ello, han optado por solicitar la «pena máxima que permite el 142.2 del Código Penal en casos de imprudencia menos grave», aunque han reconocido que en este caso está muy «próxima a la imprudencia grave». Mientras, la defensa ha reclamado la «absolución por imprudencia leve».
Tensión
Ha sido casi al finalizar la vista cuando en su último turno de palabra el acusado, B.G.H., ha asegurado que no había ofrecido las «condolencias» a la familia antes porque quería hacerlo cuando se tenía «que hacer», ante lo que varios familiares de Estela han comenzado a proferir insultos como «asesino» y «borracho», al tiempo que pedía a gritos «justicia».
Ante estas palabras, y mientras aún estaba de pie delante del juez, el acusado se ha dado la vuelta y ha espetado: «Eso me lo decís en la calle». Mientras los familiares de Estela han sido desalojados de la sala de vistas, se ha producido un nuevo enfrentamiento entre ellos y el acusado que, junto a su hijo, ha abandonado el lugar por una puerta lateral.
Durante el juicio, el encausado ha mantenido la versión de que no vio a la joven y que el lugar del accidente «es un punto negro de conducción» y ha puntualizado que no es camionero, sino que estaba probando el vehículo que acababa de reparar, informa Ep.
En concreto, restauró «el inyector» y salió a probarlo diez minutos, como viene haciendo «desde hace 25 años». Para argumentar que no vio a Estela ha dicho que «iba con la mano izquierda tapando el sol. Sentí un ruido metálico al empezar a coger la curva y pensé que se ha soltado algo porque nos ha pasado muchas veces. No frené ni esquivé, quizá levanté el pie al notar el ruido, pero es porque no vi nada», ha añadido.
En su declaración, el acusado también ha explicado que se guiaba por las rayas del suelo, así que «iba por el carril seguro». «Dejé el camión en la puerta del taller y le dije a mi hijo, he oído un ruido extraño, creo que he perdido algo», ha alegado.
Regreso al lugar
Sobre la vuelta al lugar de los hechos posteriormente al atropello, el acusado ha reconocido que volvió pensando que se le había caído algo que podía provocar un accidente. «Vuelvo con una furgoneta porque era más pequeña y más rápida. Si hubiera sabido lo que había hecho, hubiera parado», ha reconocido.
En esa carretera de un polígono industrial de Salamanca se truncó el prometedor futuro en el ciclismo de Estela Domínguez, que justo en ese año había fichado por el equipo Sopela Team para dar el salto profesional a la máxima categoría. Previamente, se había proclamado campeona júnior de Castilla y León en ruta.
Por su parte, uno de los guardias civiles que acudieron al lugar e investigaron los hechos ha declarado como testigo y ha asegurado que el camión se desplazaba a una velocidad entre 54 y 60 km/h, cuando el tramo está limitado a 60 km/h. «No se aprecia reducción de velocidad en el camión», ha indicado. Además, ha asegurado que no había huellas de frenado en el lugar de los hechos, ya que se aprecia una disminución de la velocidad tras el golpe, no antes.
Sobre el deslumbramiento que alegaba el acusado, el testigo ha asegurado que el sol «entraba por la parte derecha de la calzada, no frontal, que es el más peligroso» y ha añadido que «ante un deslumbramiento hay que aminorar la velocidad e incluso detenerse». Ha indicado, además, que Estela circulaba de forma adecuada con la luz roja trasera encendida y que ésta se puede ver «según homologaciones a 2 kilómetros» de distancia.
En cuanto a su percepción tras realizar la reconstrucción de los hechos al día siguiente en el mismo vehículo, hora y lugar, el guardia civil ha asegurado que «debió verla a pesar del deslumbramiento, y más con la luz roja» ya que el conductor que iba detrás del camión, que también ha declarado en el juicio, la vio a quinientos o seiscientos metros antes. «Si él la vio, entendemos que el conductor del camión también», ha concluido.
Al finalizar la sesión, el exciclista profesional y padre de la fallecida, Juan Carlos Domínguez, ha rechazado que haya arrepentimiento por parte del conductor que atropelló a su hija.
Indignación
«Hace un mes y medio ha dado positivo en un control de alcoholemia al venir de una cena, así que mira...», ha explicado a los medios presentes a la salida de la vista en declaraciones recogidas por Europa Press.
El vallisoletano, que ha mantenido la entereza durante todo el proceso, ha asegurado salir «indignado» por no haber podido «averiguar muchas cosas» ya que el acusado solo ha respondido a las preguntas del juez y su abogado.
«Él solo ha contado que pensó que se le había caído una pieza», ha proseguido, pero «que se te caiga algo no suena igual que machacar una bicicleta y pasar por encima de una persona», ha subrayado Domínguez, que además ha apuntado que «por el espejo retrovisor tuvo que verla».
Por último ha avanzado que seguirán «peleando» por el «abandono del lugar», después de que el camionero no parara y regresara media hora después. «Estela nunca lo habría dejado así y no lo haremos», ha sentenciado el padre de la ciclista fallecida.