«Chris el bombero», «David el black», «Gastón el chuleta»... el rastro de los 80 hombres que violaron a Gisèle

Según el comisario Bosse Platière, Gisèle Pélicot fue violada «por lo menos en 200 ocasiones». El marido esperaba a los desconocidos en el domicilio familiar de Mazan (Vaucluse), y les hacía pagar antes de abrir la puerta del lecho conyugal donde la esposa reposaba, drogada y desnuda.

Dominique Pélicot guardaba en su ordenador una carpeta que llamó «Abusos». Dentro de ella había otras carpetas con el nombre y señas de identidad de cada violador: «Chris el bombero», «David el black», «Gastón el chuleta», «Quentin el jubílate»… y así con los 80 hombres. Esos ficheros, fotografías y vídeos establecieron inmediatamente la culpabilidad de Dominique Pélicot. En otras carpetas semejantes guardaba miles de fotos de una de sus hijas, desnuda y dormida, además de niñas y mujeres en los lavabos de varios centros comerciales. Descubrir la identidad de los violadores fue un proceso largo y complejo porque muchas informaciones habían sido eliminadas o eran insuficientes. Por ejemplo, el teléfono personal tenía mucha información borrada, por razones muy diversa.

Cuatro años de reconstrucción del caso

Ante el Tribunal de Aviñón, el comisario Bosse Platière ha desmenuzado el laborioso trabajo de reconstrucción que ha durado cuatro años. Varias compañías telefónicas han ofrecido datos preciosos sobre hombres que frecuentaron la casa de los Pélicot y pudieron violar a la esposa. El estudio de los vídeos y fotografías del marido de las sesiones de violación sadomasoquista, sobre su esposa, han sido un material de la máxima importancia, de compleja utilización. Dominique Pélicot tenía una «fijación» con los detalles carnales más brutales sobre el cuerpo y las violencias sobre su esposa. Pero no siempre fotografiaba con precisión el rostro de los violadores. La policía judicial ha utilizado recursos técnicos muy sofisticados, con resultados parcialmente satisfactorios.

Cuatro años después de las violencias, 50 hombres de 26 a 74 años han sido formalmente identificados. Serán juzgados durante las próximas semanas. Sin embargo, la instrucción sigue. Quedan por identificar otros 30 violadores: se conoce su comportamiento violento con inquietante precisión; pero está por descubrir su identidad y paradero. Se sospechan otras decenas de sospechosos han «desaparecido» y será difícil identificar y localizar.

La información celosamente guardada por el marido violador también ha permitido establecer un primer balance global de las violaciones. Según el comisario Bosse Platière: 200 violaciones por año han quedado formalmente establecidas. «Se trata de una cifra aproximada, a la baja», comenta, sospechando que la realidad pudiera superar las 300 violaciones por año, de 5 a 6 violaciones y sesiones de violencia sexual sadomasoquista por semana, durante nueve años cortos. Gisèle Pélicot asiste al juicio de tan atroz historia cubriendo parcialmente su rostro con unas gafas oscuras.