Taylor Swift lanza 'The Tortured Poets Department', su nuevo disco: dopamina melancólica para humanos rotos

La segunda amenaza que se cierne sobre cualquier análisis es que muchos medios ya le han puesto de obra maestra en adelante, en esta era del pop en el que las personas que dominan los charts, los reyes y reinas de Los 40 Principales, también son Frédéric Chopin a menos sea que seas un elitista a fulminar en el paredón de las redes. Así, amanecemos también con varios 100/100 o 10/10 a primerísima hora de la mañana con un disco publicado apenas hace una hora (supongo que lo habrán escuchado con anterioridad) y que versa sobre temática tan poco trabajada en el género: el desamor y el peaje de la fama. Y sigue funcionando, oye… al final, los grandes temas son los mismos siempre, es la forma la que hace al fondo, como se suele decir.

'El Departamento de los Poetas Torturados' comienza con una colaboración con Post Malone, un rapero de pasado emo en Soundcloud, cancioncita sedosa con trazas light de unos Beach House, muy leves, onda etérea, y un par de frases de comienzo que avisan del tono del disco: «Se suponía que me iban a despedir, pero se olvidaron de venir a buscarme». Swift va a pegarte palos emocionales y te va a gustar (o no, aunque masivamente sí). Al contrario que Shakira, por mentar alguien monstruosamente comercial también y con un disco reciente conceptualmente aledaño, la estadounidense busca lo poético y las mil caras del estar blandito (¿regodeo?) con el que la de Barranquilla se pelea, ataca y muerde con sus momentos bajos.

De hecho, las redes ya están plagadas de fragmentos de las letras que tienen su atractivo indudable con muchos usuarios se identificándose con ellas al nivel hiperbólico que acostumbran estos canales. Por ejemplo, la canción titulada 'Love Of My Life' termina con un 'Loss of my life', es decir se titula 'El amor de mi vida' y acaba con la frase: 'La pérdida de mi vida'. Introspecciones reflexivas como «Crecer antes de tiempo a veces significa no haber crecido como tal», en 'But Daddy I Love Him'. El doloroso cliché tan cierto a la vez de que una perdió no solo a 'su gran amor' sino a 'su mejor amigo' se oye por ahí. O «Tú no durarías ni un día en el manicomio donde me criaron». O… muchas muchas barras depresivas, desglosaremos algunas más. Las lágrimas son la dopamina de este disco que acaba con un «te pareces a Taylor Swift, el futuro es brillante, deslumbrante». Curioso narcisismo y muy divertido recurso.

Musicalmente las canciones son cercanas, homogeneidad que tampoco da para tanta celebración, delicadas baladas de intensidad lírica y puestos los entrecots de su alma en el asador de su desgarro, pero que sin grandes sorpresas sonoras salvo algún arreglito discreto como en 'I Can Do It With a Broken Heart', animada tonada disco-pop, que funciona perfecta a la vez como oda depresiva: Estoy tan deprimida que actúo como si fuera mi cumpleaños todos los días. Estoy tan obsesionada con él, pero él me evita como la peste. Lloro mucho, pero soy muy productiva, es un arte. Sabes que eres buena cuando puedes hacerlo incluso con el corazón roto. Estaba sonriendo como si fuera ganando Estaba alcanzando mis marcas porque puedo hacerlo con el corazón roto».

La música hace de envoltorio sútil y aseado para priorizar a la poeta torturada, pop comercial tranquilo, con alguna melodía destacable también, como la homónima, también en un registro etéreo, y la tercera canción, 'My Boy Only Breaks His Favourite Toys'. La factura es elegante, como en el cierre de 'The Alchemy', hipnótico mantra de inicio y final, con eso de «Esto sucede una vez cada pocas vidas, estos químicos me golpean como vino blanco». El amor, el desamor. Una obra muy verbal, que nos llega solo un año y medio después de 'Midnights' y que presentará en el Bernabéu a finales de mayo.

Y acaba con 'Clara Bow'. En Spotify un vídeo en bucle en blanco y negro de ella con un vestido claro, hombros desnudos, sosteniendo una rosa que se enreda en su pelo mientras ella la mira alicaída. Ahí canta: 'Te pareces a Stevie Nicks en el 75', y La corona está manchada, pero tú eres la verdadera reina' y 'Es un infierno en la tierra ser celestial' y el disco acaba con la frase esperanzadora antes mentada. Pero como Spotify no para, igual que uno mientras teclea, la plataforma sin avisar te traslada a una canción de Boygenius, el supergroupo de indie femenino, muy Simon and Garfunkel, muy sobrias igual que Swift, cuesta darse cuenta del realmente de que ya no estás ahí. Y da qué pensar. El medio es el mensaje, que decía McLuhan. ''The Tortured Poets Department' es un buen disco.