La decisión se ha tomado a pesar de la división de opiniones entre los estados. Alemania, principal productor del sector en Europa, ha votado en contra porque que teme represalias. España, por su parte, y a pesar de haber apoyado la medida provisional en junio, se ha abstenido en la votación.
En declaraciones esta mañana, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha defendido la abstención diciendo que es "coherente" con la posición del Gobierno, que no es otra que "intentar reforzar la negociación hacia adelante" entre Europa y el Gigante Asiático para sacar adelante una solución "negociada y acordada entre las partes".
"Más allá de la imposición de aranceles", ha enfatizado el ministro, "tenemos que seguir avanzando en esta negociación puesto que es importante proteger a un sector tan estratégico como el automóvil, y hacerlo evitando una escalada de medidas comerciales que puedan ser perjudiciales para todos".
Los 27 no han conseguido una mayoría a favor ni en contra, pero los opositores tampoco han llegado a los 15 Estados miembro necesarios para bloquear la decisión. Así las cosas, el Ejecutivo comunitario ha quedado facultado para aprobar la introducción de aranceles en un próximo Colegio de Comisarios. Su entrada en vigor se producirá tras la publicación de la decisión en el Diario Oficial de la UE.
Hay que recordar que este gravamen, que en algunos casos llega al 38,1%, se suma al impuesto del 10% que la UE ya aplica sobre los vehículos importados.