'Revuelta' leonesista por la «provocación» de que haya actos festivos en las provincias por el Día de la Comunidad
UPL habla de «vuelta de tuerca del adoctrinamiento» y Conceyu «llama a la lucha»
Allí donde un monolito recuerda que en 1521 fueron ajusticiados los comuneros Bravo, Padilla y Maldonado, líderes del movimiento de las Comunidades al que está íntimamente ligado lo que hoy es Castilla y León, «seguirá siendo epicentro de la fiesta». Pero no sólo. «Nosotros lo que queremos es que todos los ciudadanos de la Comunidad, todos los vecinos puedan disfrutar en libertad del día de Castilla y León», defiende el secretario general de la Consejería de la Presidencia, Santiago Fernández, departamento encargado de organizar los actos. «Es el día de Castilla y León y cada uno lo vamos a disfrutar libremente como mejor entendamos», subraya sobre una iniciativa con vocación de continuidad. «Lo suyo es que en el futuro se siga celebrando y sigamos mejorando las actividades y consigamos cada vez más participación por parte de los ciudadanos», señala.
A casi diez días vista de la fecha, ya hay respuesta. En todos los sentidos de la palabra:desde la aceptación y el aplauso a la crítica e incluso la propuesta de boicot, marcada por la lectura política de la fiesta que desde 1986 fue fijada por ley como Día de la Comunidad.
Casi cuarenta años después, este 'estreno' de la Junta en la extensión por Castilla y León deja ya distintas lecturas. «Es muy positivo que por primera vez se haya hecho un esfuerzo por acercar la celebración del Día de la Comunidad a todos los castellanos y leoneses en todas las provincias», apunta la alcaldesa de Burgos, la popular Cristina Ayala, para quien las actividades programadas son «muy adecuadas» para que la gente pueda participar y celebrar la fiesta. Más crítico, el regidor de Soria, el socialista Carlos Martínez, para quien «la falta de sentimiento de Comunidad que existe en algunas ciudades o provincias» como la suya, dice, «tiene relación con la falta de inversiones» y «no» con lo que califica como «operaciones de marketing». «Villalar para nosotros es una fecha para recordar que se debe cumplir el Estatuto», sostiene.
En línea similar, la también socialista Miriam Andrés. La alcaldesa Palencia considera «correcta» la celebración de actividades en las provincias, eso sí, puntualiza, «en torno a los días de Villalar», ya que interpreta que lo pretendido por la Junta es «dividir» la fiesta y es «contrario a lo que debería hacer la administración autonómica». El PSOE, fijo en una campa de Villalar, defiende que sólo ahí debe centrarse el 23 de abril. Fecha en torno a la que ya en 2017, la entonces llamada Fundación Villalar, dependiente de las Cortes, con Silvia Clemente al frente, programó actividades en las nueve provincias.
Más críticos aún desde León, sobre todo por parte de los partidos regionalistas. Unión del Pueblo Leonés (UPL) ya ha anunciado que esa misma jornada organizará actividades «en desagravio de toda la Región Leonesa» frente a la «provocación» que consideran que supone la propuesta de la Junta con unos actos que, afirman, «serán seguidos por sus palmeros o aquellos estómagos agradecidos que siempre han existido incluso en periodos de dictadura». Más bélicos en Conceyu País Llionés, que han llamado al «pueblo leonés» a «la lucha en las calles de León» el 23 de abril y plantea también un acto en paralelo.
«En León hay un movimiento que quiere disfrutarlo de otra manera y nosotros lo respetamos, igual que les pedimos que respeten al que lo quiera celebrar con las actividades que se van a programar desde la Junta de Castilla y León», defienden desde la Consejería de la Presidencia. Que sean actos «tranquilos y no supongan amenazas» es la petición lanzada en este sentido por el consejero, Luis Miguel González Gago.
En el mismo sentido se pronuncian desde la Asociación de Hostelería de León, donde la situación ha llevado a que «algunos» establecimientos que se habían sumado inicialmente sin peros a la feria gastronómica se hayan retirado. Los motivos son «diversos», aunque pesan las «amenazas» sufridas por parte de los partidos de corte leonesista del «boicot» e incluso del «envío» de mensajes en el mismo sentido por parte de personas a través de redes sociales y a los teléfonos de los empresarios. Así que es la única provincia en la que, de momento, en el portal habilitado por la Junta (www.jcyl.es/diadecastillayleon) con el detalle de las actividades sí figura que se podrán degustar cecina y pan Carasau al aceite de romero o arroz con botillo, pero no quién lo servirá. «No se han retirado todos» y «hay algún empresario» interesado, señalan desde la Asociación, que confía en completar las seis casetas que se prevén montar en cada uno de los doce puntos de la Comunidad. La Junta se puso en contacto con la Confederación de Hostelería de Castilla y León, que luego derivó en las provinciales el trato más próximo.
«El miedo es libre», reconocen desde la agrupación leonesa, que pide que «se deje celebrar» ese día y «el que no quiera, que no lo celebre». A ellos, el «problema político» que ven detrás y llegó no los «importa». «Defendemos la libertad de cada empresario a participar», reclaman. La retirada del cartel del grupo local anunciado para actuar en la Explanada de los Pendones Leoneses, Prieto Picado, alegando «las implicaciones políticas del acto» ha pesado también en las complicaciones de la parte gastronómica.
«Ningún problema» para la organización y adhesión en otras provincias, como Zamora. El presidente de la Asociación de Hostelería, Óscar Somoza, ve «importante» acercar los actos a diferentes puntos para que «sea más participativo», al «igual» que ocurre con el Día del Turismo al ser una Comunidad tan extensa y donde, señala, «no existe ese sentimiento autonomista».