Jasper Philipsen gana en un esprint masivo la primera y accidentada etapa del Tour
No fue, sin embargo, un día de trámite. Salpicada de repechos y con tres puertos de cuarta categoría, la etapa considerada llana de 185 kilómetros terminó siendo muy dura y se cobró ya las primeras víctimas (y prestigiosas) de la prueba más dura del calendario anual: Filippo Ganna y Stefan Bissegger tuvieron que abandonar la carrera en su primer día por sendas caídas.
La amenaza de abanicos por vientos fuertes y el perfil repechoso de la ruta produjeron momentos de nervios en ciclistas relevantes como Simon Yates (el vencedor del último Giro) por un pinchazo, o Lenny Martínez (uno de los protagonistas del primer tercio de esta temporada), que bregó para reintegrarse en el pelotón después de perder contacto con el grupo principal.
Los ciclistas rodaron a una media superior a los 45 kilómetros por hora y llegaron a la meta en diversos grupos, estableciéndose las primeras diferencias inesperadas entre los favoritos. El momento decisivo surgió a 20 kilómetros del final, cuando el viento y la ambición del equipo Visma provocaron un abanico que acabó dividiendo al pelotón en grupos y obligó a los favoritos a luchar por no quedarse cortados, generando las primeras tensiones en una carrera de resistencia que no siempre ofrece interés en sus primeras etapas llanas.
Remco Evenepoel y Primoz Rogelio fueron los principales perjudicados del caos final: perdieron casi un minuto en meta.Desde Alexander Kristoff (2020, en Niza) ningún velocista ('sprinter') se vestía de amarillo en la jornada inaugural del Tour.