Juzgan a un padre por abusar sexualmente de su hijo de tres años y obligarle a ver películas porno
La Fiscalía de Alicante solicita una condena de nueve años de cárcel para el progenitor por un delito continuado de abusos sexuales a menor de edad
Además, se ha declarado probado que en las sesiones con los psicólogos previas al momento en que se formalizó la denuncia, la niña no manifestó ningún tipo de problema psicológico que pudiera tener como causa la existencia de abusos sexuales, y tampoco los psicólogos detectaron algún tipo de síntoma que pudiera indicarlo.
Al mismo tiempo, el tribunal también hace referencia al informe sobre la credibilidad del testimonio, donde se indica que en el relato de los hechos de la niña se produce el uso de tópicos que resultan «psicológicamente improbables» y pone como ejemplos algunos de ellos como que a ella le gustaba y por eso abría las piernas o que lo hacía cuatro veces al día o tres hasta los 12 años. Según la sentencia, la narración de los hechos es, en todas su declaraciones muy genérica, sin aportar detalles concretos relativos a los abusos que dice haber padecido. En palabras del informe pericial, se trata de un testimonio indeterminado y que es inconsistente en forma de omisiones.
Los hechos ocurrieron en abril de 2021, cuando la niña, acompañada de su padre, presentó una denuncia ante la Policía Nacional en la que aseguraba que desde que tenía siete años su abuelo materno, cuando no estaban presentes su madre y su abuela, iba a su habitación, la besaba en la mejilla, le tocaba en la pierna y la masturbaba. Así mismo señaló que le masajeaba los pechos y que una vez intentó lamerle el clítoris pero al empezar ella le dijo que parase. Además, en la denuncia se indicaba que el abuelo le ofrecía dejarle el teléfono cuyo uso le había prohibido su madre, o le hacía regalos para que se dejase hacer «esas cosas» y que le decía que no podía contar nada porque le haría daño y esto le hacía sentirse culpable.
La verbalización de los hechos denunciados se produjo con ocasión de una charla sobre educación sexual que dieron en el colegio en el que cursaba sus estudios, unos dos meses antes a la formalización de la denuncia, afirmando que fue en ese momento en el que ella fue consciente de que lo que le hacía su abuelo constituía un delito sexual. En la denuncia afirmó que en ese momento se lo dijo a la psicóloga que daba la charla y a la tutora y previamente se lo dijo a su mejor amigo como un año antes y después a sus padres y a dos amigas.