La suspensión de ayuda exterior de EE.UU. pone en jaque a importantes oenegés en Ucrania
Una de las primeras decisiones de Donald Trump tras su vuelta a la presidencia fue congelar durante tres meses toda la asistencia exterior, aunque ya estuviese aprobada. Aunque la orden ejecutiva no detallaba el alcance de la medida. Días después, el nuevo secretario de Estado, Marco Rubio, matizó que había «suspendido toda la asistencia exterior estadounidense financiada por o a través del Departamento de Estado y USAID para su revisión», incluidas las partidas destinadas a Ucrania. Sólo se mantendrán las ayudas a Israel y Egipto.
El Pentágono, por su parte, recalcó que la ayuda militar a Ucrania se mantiene, la orden ejecutiva firmada por el presidente estadounidense «sólo se aplica a los programas de desarrollo, no al apoyo militar».
El pasado 25 de enero la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) comunicó la paralización de proyectos a todas las asociaciones ucranianas con las que estaba trabajando. Estas iniciativas abarcan asistencia humanitaria, reconstrucción de infraestructuras, gobernanza, apoyo a la economía o seguridad energética. «Entre los proyectos que se han congelado están el apoyo a las escuelas y la asistencia sanitaria como la atención materna de emergencia y las vacunaciones infantiles», dijo un funcionario de la USAID a Reuters.
Ucrania ha sido el principal receptor a nivel mundial de la asistencia al desarrollo desde el inicio de la guerra a gran escala. Kiev recibió un total de con 2.600 millones de dólares en ayuda humanitaria y otros 5.000 millones de dólares en asistencia para el desarrollo. Muchas organizaciones sin ánimo de lucro, según destaca 'The Kyiv Independent', no podrán aguantar 90 días sin la ayuda de Estados Unidos y ante la incertidumbre de no volver a recibir fondos.