El ejército libanés se retira de la frontera ante una inminente invasión israelí

El ejército libanés se replegó este lunes por la noche de varias posiciones en las inmediaciones de la frontera con Israel en lo que semeja ser un signo de un inminente ataque israelí en esa zona, especialmente en el área de Khiam, Kfar Kila y el área del río Wazzani, que fueron sometidas a un constante bombardeo de las fuerzas de Tel Aviv durante horas.

Un responsable local de Wazzani, Ahmad Chehade, citado por el diario L'OrientLe Jour, afirmó que los israelíes le habían llamado por la tarde instándole a evacuar a toda la población de esa zona "en menos de dos horas".

Emisoras norteamericanas como la CBS citaron a portavoces de Washington que apuntaron que la arremetida israelí podría comenzar este lunes por la noche o en la madrugada subsiguiente.

La tensa situación en la linde entre los dos países ha afectado también a las tropas de Naciones Unidas ubicadas en ese área, entre las que figuran unos 650 militares españoles.

Un portavoz del secretario general de la ONU, Stephane Dujarric, admitió que los uniformados extranjeros "siguen en su posición, pero la intensidad de los combates les impide moverse y limita su capacidad para completar las tareas" de vigilancia que se les han asignado.

Los uniformados israelíes también declararon zona militar cerrada hasta el próximo día 6 de octubre las áreas limítrofes con esa región, incluidas poblaciones como Metula o Kfar Giladi.

Esa fecha da una indicación de la duración limitada que pretende tener esta ofensiva, según filtraron los medios israelíes.

El Departamento de Estado de EEUU reconoció que Israel les había informado del ataque y de hecho dio por sentado que las incursiones ya habían comenzado.

"He visto informes sobre operaciones terrestres. Nos han dicho que se trata de operaciones limitadas centradas en la infraestructura de Hizbulá cerca de la frontera. Pero estamos en constante conversación con ellos al respecto", señaló Matthew Miller, un portavoz de Washington.

La noticia de la proximidad del asalto terrestre coincidió con una nueva oleada de cohetes lanzada por Hizbulá contra Haifa y otras localidades del norte de Israel.