La demoledora carta de Rafael Amargo desde la cárcel: «Hay libre maltrato hacia mí»>
Este fin de semana, el artista ha enviado una carta al programa de televisión 'Fiesta' desde la cárcel de Soto del Real donde permanece. En ella, Amargo reitera una vez más su inocencia y asegura que se está cometiendo un error brutal con su caso: «Estoy cansado de decir que soy inocente, pero ya el tiempo lo dirá porque confío en que la Justicia me dará la razón. En estos tres años me dediqué a hacer un máster de salud mental. No he podido entregar la tesis porque ocurrió este accidente en el que me encuentro», comienza la carta escrita por el bailaor y leída por Emma García, presentadora del espacio televisivo. «La Justicia lenta es la mayor injusticia que existe. Dicen que la mayor defensa es un ataque. Mis letrados anteriores lo han sabido de primera mano, incluso lo han sufrido conmigo, pero nunca han querido denunciar nada. Estas dudas me animaron a tener la valentía de cambiar de letrado», añadió.
Además, explica que durante todo el proceso penal que rodea su caso no deja de recibir golpes que aguanta, según dice, con el mentón alto «sufriendo mucho y con sudor, valor y resiliencia».
Una carta con una extensión de más de diez hojas en la que confiesa que está viviendo unas de las semanas más difíciles de su vida y que se encuentra en una situación desesperada: «Tengo un corazón que no me cabe en el pecho, mi público sé que me espera porque es un amor mutuo. Sé que hay muchas víctimas de injusticias porque lo estoy viendo en prisión. Hay libre maltrato hacia mí, hacia mi familia y hacia mi carrera y hacia quizás no haber querido posar como un león de circo. Ya lo dijo Rocío Jurado: 'Yo soy un artista, no un chisme'. Así que nada de exclusivas ni cosas como dicen. Lo dicho queda en estas palabras», sentencia.
Unos problemas a los que se le sumó que la semana pasada su abogado decidió romper su vínculo laboral con él, una versión que el artista no ha dudado desmentir: «Dicen que la mayor defensa es un buena taque. Mis letrados anteriores lo han sabido de primera mano, incluso lo han sufrido conmigo, pero nunca han querido denunciar nada. Estas dudas me animaron a tener la valentía de cambiar de letrado».