Un estudio rompe con el mito de la mala relación entre perros y gatos: «no siempre estarán en guerra»>

De todas formas y tal como indica el barómetro, en el día a día no faltan dueños de mascotas que no se deciden entre una de las especies y que comparten su amor con perros y gatos al mismo tiempo. Desde Purina aseguran que «lo bueno de esto es que no se tiene que aceptar que siempre estarán en guerra. Ponerlos juntos en casa es posible. Puede disfrutar de la compañía de los dos completamente diferentes, pero que con un poco de paciencia al principio pueden convertirse en mejores amigos».

Las presentaciones

El primer paso comienza al presentas a los animales. Si cuando adopta un segundo gato o un segundo perro necesita supervisar la interacción entre «el dueño del ambiente» y el «novato», cuando esto sucede entre dos especies distintas, entonces, el cuidado debe ser aún mayor.

Si es posible, al adoptar un cachorro o gato, es recomendable hacer el primer contacto en un ambiente neutral, fuera de casa. Para la llegada del gato, les recomendamos un acercamiento paso a paso:

  1. 1

    Mantener al perro con correa al principio. Cuando es el perro quien recibe al gato en casa. Lo ideal es que este siempre atado con correa al interactuar con el felino, ya sea adulto o cachorro, De este modo, se puede controlar hasta dónde llega y también demostrar in satisfacción si lo hace mal.

  2. 2

    Cuidado con los juegos, que pueden ser demasiado rudos para el recién llegado. Comience colocando al gato y al perro en el mismo entorno a una distancia conveniente para probar sus reacciones y acercarse con el tiempo. Incluso si el anfitrión es un cachorro tranquilo y juguetón, puede llevarse por el juego y asustar al recién llegado, así que nuestro consejo es que limite su contacto a estos momentos supervisados durante los primeros días.

  3. 3

    Permitir que el novato tenga un refugio seguro. Es bueno que el gato tenga una habitación separada para acostumbrarse solo al nuevo hogar. A medida que se vaya acostumbrando, empezará a explorar otras zonas de la casa. Incluso después de haber estado juntos por toda la casa, hay que mantener algunos rincones donde solo el gato pueda esconderse, en caso de que surja algún malentendido. Por ejemplo colocar una caseta no muy grande por la que solo el gato pueda tener acceso.

Cuando el perro es el novato, con el gato como anfitrión, la dinámica de presentación debe ser la misma, con el perro atado y el gato suelto. La libertad de escape para el gato es importante.

  1. 1

    Asociar la llegada de la nueva mascota con algo bueno. Ofrecerles chuches o juguetes para que asocien el contacto con cosas buenas y de este modo se sientan menos amenazados por la presencia del otro.

  2. 2

    Cuídese de abrazarlos a ambos y pase un buen rato con cada uno de ellos. Lo importante es que la mascota más antigua de la casa no se sienta excluida para no sentir celos con el recién llegado. Según etólogos consultados, «Las atenciones y los mimos valen oro, tanto para que esto no suceda, como para que el perro recién llegado empiece a sentirse como en casa».

  3. 3

    Para el gato, colocar los tazones de agua y comida en lugares altos, donde el perro no pueda alcanzar, también es una forma de señalar que, aún con el nuevo miembro de la familia, no le dejas de lado.

Desde Purina advierten que «en estos momentos, lo ideal es demostrar calma y tranquilidad a los animales. Nuestras acciones también son observadas por ellos e influyen en su comportamiento más de lo que nos imaginamos».

Respetar sus individualidades

Hay que respetar la individualidad del perro y del gato. Un rincón para cada uno y atención individual en cada caso. Mientras el perro necesita una rutina de alimentación estricta, con los horarios adecuados para comer todos los días, los gatos son más independientes y pueden necesitar el cuenco de pienso disponible por periodos más largos o incluso durante todo el día. Un consejo, en ese periodo de convivencia, si su perro es glotón e intenta comer la comida del gato, los etólogos recomiendan ubicar el cuenco en un lugar al que no llegue el perro. Otro detalle a tener en cuenta es dejar el arenero del gato o la colchoneta del perro incluso otros objetos en distintos lugares de la casa... de ese modo comprenderá que al menos en esos momentos no tiene que compartir el espacio con el recién llegado.

Otra forma, según expertos de Purina, de facilitar el proceso de adaptación es dar atención individual a cada uno de ellos en momentos separados, dependiendo de la 'perronalidad' o 'gatonalidad' de cada uno de ellos. Se da la circunstancia de que a los gatos no le gustan las caricias constantes, pero en cambio se sienten felices con algún juguete. En el caso de los perros, no hay que descuidar los paseos diarios y aumentar los juegos de contacto.

Como con la llegada de un nuevo miembro asegurarles que la relación no va a sufrir cambios y su día a día va a ser igual. Por último y muy importante, antes de dar la bienvenida al nuevo miembro hay que tener en cuenta el temperamento del que tiene desde más tiempo. Antes que nada y tomar la decisión de incorporar un nuevo miembro a la familia consultar con el veterinario.