Rueda reivindica «reforzar unidos» las instituciones ante las amenazas al marco constitucional
En clara referencia a las concesiones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al independentismo catalán y vasco, a cambio de ser nuevamente investido, Rueda señala en el discurso que marca el final institucional de 2023 que «nunca jamás» deberían ser objeto de «negociación» pilares como «la igualdad entre los ciudadanos, los lazos de fraternidad que nos unen y la credibilidad del marco legal que nos protege».
Un mensaje que da continuidad a los que ha venido defendiendo en los últimos meses, ya antes de que Sánchez atara los apoyos que necesitaba en el Congreso, cuando comenzaron a conocerse las contrapartidas que obtendrían ERC, Junts, PNV y Bildu. No hay, eso sí, referencias explícitas, ni a la ley de amnistía para blanquear el procés, ni a la condonación de la deuda de Cataluña, ni a las transferencias prometidas al País Vasco ni, lo más reciente, la entrega del PSOE a los batasunos del Ayuntamiento de Pamplona. Rueda opta por alusiones que citan los elementos del Estado de Derecho puestos en cuestión por esas mismas concesiones: «igualdad», «marco legal», «fraternidad».
No hay más apuntes con La Moncloa como destinataria. En su mensaje a los gallegos para despedir el año, Rueda opta por dejar a un lado las reivindicaciones desatendidas durante la pasada legislatura, y que la Comunidad sigue esperando que se resuelvan en la actual, desde la llegada de los trenes Avril a la transferencia de la AP-9, pasando por el apoyo, con fondos europeos, a los proyectos tractores de Galicia, entre otras múltiples cuestiones.
En San Caetano se ha querido hacer, en esta ocasión, un guiño a los «precursores de la autonomía» gallega. El mensaje está grabado, como explica el propio presidente, en el mismo salón del Pazo de Xelmírez donde se reunió por primera vez el Parlamento de Galicia. También en otro mes de diciembre, pero de 1981. Una sede tan provisional que apenas duró seis meses. Sus señorías se trasladaron al Pazo de Fonseca hasta 1989, año en que mudaron a su emplazamiento definitivo, el Pazo do Hórreo. Rueda, entre paredes que rezuman historia, recuerda que «todo lo que hoy somos, no nos vino regalado», sino que «se logró gracias al compromiso de muchas gallegas y gallegos». Y apela a «defenderlo cada día». Como hicieron los padres del autonomismo, enfrentados también a «riesgos», en su día, como los actuales.
18F
A renglón seguido, el mensaje de Rueda alude al gran hito del primer trimestre de 2024, y que marcará el devenir de la política gallega a corto y medio plazo: las elecciones autonómicas del 18 de febrero. Ese día se vota el Parlamento, pero también se escoge el «camino para los próximos años» de la Comunidad, señala el mandatario. Y pide a los partidos un debate «constructivo», que no «añada ruido innecesario». La idea de la 'isla de estabilidad', en contraposición a la crispación del contexto nacional, se prefigura en la siguiente frase: «Aunque en otros lugares parezca algo excepcional, la política en Galicia no tiene por qué ser una fuente de nuevos conflictos, al contrario, debería ejercerse siempre como herramienta para encontrar soluciones».
Balance y mirada al futuro articulan el resto del mensaje de fin de año. Como responsable último del turismo, el presidente de la Xunta celebra los récords de visitantes, al tiempo que celebra que 8.000 emigrantes retornaron a «su casa». Captación de inversiones, creación de empleo, cifras históricas de exportaciones, el calendario de vacunación infantil «más completo» del mundo, la apuesta por las energías limpias, la gratuidad de la educación desde los 0 años, las tasas universitarias más bajas y la «fortaleza» de la Formación Profesional son los puntos destacados en la columna del «haber» que expone Rueda tras año y medio en el cargo. «Existen muchas más razones para ser optimistas que para caer en la resignación. Son muchos los motivos para sentirnos orgullosos de la Galicia en la que vivimos», defiende. La Comunidad está «abierta» a un «mundo muy competitivo» y cada vez goza de mayor tirón en el contexto internacional.
Entre lo «mucho» que queda «por hacer», el discurso hace mención a «seguir mejorando la Sanidad pública», dotándola de nueva tecnología y reduciendo los tiempos de espera; «arropar» a los mayores y sus familias; «redoblar la apuesta por el I+D+i y fortalecer el crecimiento económico; erradicar el machismo y las desigualdades; y «muy especialmente», ofrecer más oportunidades a los jóvenes: en formación, vivienda y ámbito laboral, para darles la posibilidad de emanciparse y formar un hogar. Y un mensaje de aliento para quienes sufrieron el golpe de la crisis, con la promesa de que «la Xunta seguirá trabajando» para traer «certezas» que sustituyan a las «incógnitas».
Año clave
Al cabo de cuatro décadas de Estatuto de Autonomía, Rueda pone en valor el camino recorrido por Galicia, desde aquellos «primeros pasos», a un presente en el que sigue «madurando, avanzando y prosperando». «Quedan metas por alcanzar», pero la Comunidad no tiene más «límites» que los que ella misma se imponga, asegura el presidente.
El 18 de febrero marcará un punto de inflexión. En esencia, se someterán a plebiscito dos modelos: el que ha venido llevando las riendas durante 14 años, fundamentalmente bajo la batuta de Alberto Núñez Feijóo -con la continuidad, aderezada por su estilo propio, de Rueda, que por primera vez pone en juego su Presidencia en las urnas-; o un volantazo para apostar por un multipartito de izquierdas. 2024 no será un año cualquiera.