Cómo proteger a tu mascota del calor este verano: consejos para evitar golpes de calor y deshidratación
Aunque aseguran que lo peor ha pasado, el calor sigue estando presente en nuestra vida y en nuestras mascotas. ABC ha contactado con Sonia Sáez, veterinaria y responsable de comunicación de Purina para que nos explique que pasos hay que seguir para que nuestros fieles amigos se mantengan hidratados y evitar sustos.
«Para garantizar que nuestras mascotas se mantengan hidratados durante el verano, es fundamental que tenga acceso ilimitado a agua fresca y limpia en todo momento», asegura Sonia Sáez, veterinaria. Desde la experta de Purina aconseja cambiar el agua varias veces al día y colocar varios bebederos en distintos puntos de la casa, ya que tanto perros como gatos prefieren tener opciones cerca y a la sombra.
Cubitos de hielo y alimentación húmeda
En perros, es útil ofrecer cubitos de hielo o mezclar agua con su alimento para incentivar la ingesta de líquidos. En gatos, que suelen beber menos por naturaleza, es interesante combinar la alimentación seca con comida húmeda, que ayuda a evitar la deshidratación y proteger su salud renal y urinaria.
También hay que comprobar que los bebederos sean adecuados: los gatos, en particular, prefieren recipientes de acero inoxidable o cerámica, con una boca lo suficientemente ancha que no moleste sus bigotes, además de asegurar que siempre estén limpios para evitar que rechacen la bebida.
Controlar la temperatura
Adicionalmente a la hidratación directa, es fundamental controlar la temperatura para prevenir golpes de calor y complicaciones graves. Hay que limitar la actividad física en las horas de mayor temperatura y proporcionar zonas con sombra, buena climatización y ventilación donde puedan refrescarse. Para los perros, permitir baños o chapoteos en agua fresca puede ser una muy buena forma de bajar su temperatura corporal, mientras que los gatos suelen preferir mantenerse ambientes interiores frescos y tranquilos.
Sonia Sáenz recomienda observar los comportamientos como la respiración acelerada, la búsqueda de sombra, la falta de motivación, jadeos, frecuencia cardíaca alta, andar tambaleante o hipersalivación, porque son indicios claros de hipertermia grave. Si se identifica alguno de estos síntomas, hay que detener la actividad de inmediato y refrescar al perro, aplicando agua templada en patas, zona inguinal y axilar o mezclas de agua con alcohol (evitando zonas con heridas), y buscar atención veterinaria urgente.
Cuándo acudir al veterinario
Aunque las analíticas veterinarias no señalan directamente la «vulnerabilidad al calor» en animales, sí revelan signos cruciales como deshidratación, pérdida de minerales o daños renales incipientes. Estos indicadores permiten una intervención temprana, por lo que una visita rutinaria al veterinario, a modo de preparación para el calor extremo, es una medida preventiva recomendable. Desde Nubika advierten: «Aunque el golpe de calor aparece de forma repentina y puede ser letal en menos de 30 minutos se pueden prever algunos síntomas comunes como jadeo excesivo, salivación espesa, encías muy rojas, debilidad, descoordinación o desmayo, respiración rápida en aves (abren las alas), inmovilidad o desorientación en reptiles.» —y añaden— «Si se detectan alguno de estos signos: trasladar al animal a un lugar fresco, ofrecerle agua sin forzar, enfriarlo poco a poco con paños húmedos (no agua helada) y llamar al veterinario de inmediato, es lo más recomendable», concluye el equipo académico.
Qué hacer y qué no
- Lo que SÍ debemos hacer es asegurarnos, como venimos diciendo, de que siempre tengan acceso a agua fresca. También debemos ventilar bien las habitaciones o usar ventiladores o aire acondicionado, pero nunca apuntándoles directamente. Es importante proveer zonas de sombra, tanto en casa como al aire libre, y cambiar los horarios de paseo para los que tengan que salir, hacerlo temprano por la mañana o al atardecer. Además, debemos ajustar la alimentación, ofreciendo la comida en horas frescas e incluyendo alimentos con alto contenido en agua, como sandía o verduras frescas. Una forma divertida y útil de ayudar a refrescarse en general, pero sobretodo para los animales de compañía, es preparar snacks fríos seguros: helados caseros con yogur natural sin azúcar y frutas aptas (como manzana o sandía sin semillas), o cubitos de hielo con caldo bajo en sal. Cada vez hay más marcas que comercializan estos productos, pero deben ser complementarios, nunca sustitutos del agua o la comida habitual.
-Lo que NO debemos hacer es pasearlos en las horas centrales del día, dejarles sobre asfalto caliente (puede superar los 50 °C y causar quemaduras), encerrarlos en habitaciones sin ventilación o dejarles dentro de un vehículo cerrado, aunque sea poco tiempo. Un truco útil: poner la mano sobre el suelo durante cinco segundos. Si tú no aguantas, sus patitas tampoco.
Los más vulnerables
Existen perfiles especialmente sensibles a los efectos del calor. Los animales muy jóvenes, los mayores y los que tienen enfermedades cardíacas o respiratorias, como muchas razas braquicéfalas (bulldogs franceses, pugs o gatos persas), tienen un mayor riesgo. Estos animales, debido a su fisionomía, tienen mayor dificultad para respirar y regular su temperatura. Reptiles y aves son particularmente susceptibles a los golpes de calor, ya que su bienestar térmico depende directamente de su entorno.
La Asociación Española de Veterinarios de Animales Exóticos (AAVA) señala que el 80% de los casos en estas especies ocurren en interiores con ventilación deficiente. La ausencia de un gradiente térmico adecuado les impide escapar del calor excesivo, al carecer de refugios con temperaturas más frescas. Y es que los golpes de calor también pueden darse en interiores y con más frecuencia de lo que creemos. Un perro encerrado en una habitación sin ventilación, un gato bajo el sol en un balcón sin sombra, un conejo en una jaula sin corriente de aire… Todos están en riesgo.
Uso de protección solar
Hay que tener en cuenta que además de saber cómo debe de hidratarse una mascota, es conveniente tomar otras medidas para que sufra lo mínimo durante períodos de las altas temperaturas, como el uso de protección solar, especialmente en animales de pelaje claro o albinos, corte de pelo, siempre que sea recomendado por el veterinario, y sobre todo no dejar bajo ningún concepto a las mascotas en un coche, dado que puede tener consecuencias fatales.
Influencia del cambio climático
Se reconoce ya que el cambio climático está empeorando este riesgo y de forma evidente. Según una encuesta realizada por MSD Animal Health, el 78% de los veterinarios españoles señala que el aumento de la temperatura global perjudica directamente la salud de los animales que cuidan. Además, propicia la aparición de nuevos parásitos y enfermedades que, junto al estrés térmico, agravan su bienestar. Como recuerda The Kennel Club, muchas muertes por golpe de calor podrían evitarse si los propietarios aprendieran a identificar los riesgos y actuaran de forma responsable.
El 57% de los perros con golpes de calor graves no sobreviven. Pero también es cierto que el conocimiento y la prevención pueden salvar vidas. En definitiva, nuestros animales confían en nosotros para todo, también para protegerlos del calor. Con pequeños gestos —agua, sombra, horarios ajustados y atención a los signos de alerta— podemos evitar sustos innecesarios. Porque cuando suben las temperaturas, ellos no pueden abrir una ventana. Dependen completamente de nosotros.
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