El Gobierno coge impulso tras el anuncio de Vox sobre deportaciones masivas

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En una situación política cada vez más delicada, como se visualizará este miércoles mismo en su comparecencia en el Congreso de los Diputados para dar explicaciones sobre el caso Cerdán, Pedro Sánchez y su Gobierno cogieron impulso este martes tras el anuncio hecho veinticuatro horas antes por Vox planteando deportaciones masivas de inmigrantes. Sánchez no dudó en tuitear al respecto y en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Fernando Grande-Marlaska arremetió duramente contra los de Santiago Abascal. «Desconocen que este país está creciendo gracias, en gran medida, a la aportación de migrantes, de personas que vienen de terceros países», señaló el ministro, que calificó los postulados de Vox de «xenófobos y alejados de la realidad».

Por su parte, Pepa Millán, portavoz de Vox en el Congreso, fue muy clara al confirmar los planes sobre deportaciones de inmigrantes que su formación defiende. «La inmigración tiene que ser legal, ordenada. Nadie que entre de forma ilegal en España se va a quedar», explicó en una entrevista en 'Herrera en Cope', en la que señaló también a los inmigrantes con los papeles en regla que no se adapten en España, declarando que «si demuestran una incapacidad manifiesta de adaptación, una incapacidad de contribución y se dediquen a su imposición y no a la integración» también serán repatriados.

Según la portavoz de Vox en el Congreso, la integración de los inmigrantes en la sociedad «se debería haber hecho desde el principio» pero el problema ha sido provocado por «las administraciones que no funcionan». Finalmente, sopesó que «como la Administración no ha hecho bien su trabajo, ahora es muy complicado llevar a cabo ese proceso quirúrgico para distinguir a aquellas personas que necesitan el asilo y no».

Millán quiso aclarar también que su partido nunca ha hablado de deportar a «ocho millones de inmigrantes». «El que haya dicho eso o no ha escuchado las declaraciones de nuestra portavoz del pasado lunes o mienten deliberadamente a viva cuenta», afirmó, recalcando de nuevo que, en España, según el pensamiento de Vox, «no puede entrar nadie de manera ilegal» y que el objetivo principal de los extranjeros debe ser «contribuir» a la sociedad española. «Si haces del crimen tu forma de vida, por muy legal que vengas también serás repatriado» dijo contundente.

Para finalizar, declaró que «España esta en camino de convertirse en Francia» debido a «años de políticas de puertas abiertas que nos han llevado a una situación límite». Por eso, dijo, solo hay dos soluciones, «una mala y otra menos mala; la mala, convertirnos en Francia; la menos mala, llevar a cabo un plan de repatriación».

Horas después de esta intervención, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, publicó en su cuenta de X una valoración acerca de la situación histórica de España en términos de migración. «España fue durante décadas una tierra de partida, de esfuerzo fuera de nuestras fronteras», dijo el líder del Ejecutivo mediante su cuenta en la red social, añadiendo además que «es tierra de acogida, y quienes llegan contribuyen con su esfuerzo a construir una mejor España». Por último, comentó que es necesario recordar «de dónde venimos para entender quiénes somos».

Por su parte, Ester Muñoz, portavoz del PP en el Congreso, se desmarcó de esta política migratoria al entender que está fuera de la ley. «En el PP no estamos a favor ni de las regularizaciones masivas ni de las deportaciones masivas», dijo ayer mientras recordaba que el artículo 4 de la Convención Europea de Derechos Humanos, que se tiene que «acatar» porque lo establece la Constitución Española, «es claro»: «No se pueden hacer deportaciones masivas».

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