El PSOE muestra ahora su «sorpresa» por el comportamiento de Leire Díez y sus socios ya piden acciones contra la 'fontanera'

Ante una sesión plenaria en principio descafeinada por la ausencia del presidente Pedro Sánchez, que se reúne en Bruselas con la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, el pasillo que da entrada al hemiciclo ha bullido como pocas veces de declaraciones. En primer lugar, de la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, quien tras admitir que conocía a Díez ha mostrado su «absoluta sorpresa» por las informaciones que llevan conociéndose toda la semana, al tiempo que se ha manifestado «muy disgustada». Narbona ha eludido la pregunta de si habría que emprender algún tipo de acción disciplinaria contra esta militante, a la que ha asegurado que «conocí hace años en Santander, porque llevaba la organización del partido allí».

Por su parte, el diputado por Barcelona y ex secretario de Organización del PSC, José Zaragoza, ha asegurado que no conoce a Díez, e incluso ha remarcado el carácter de partido estatutariamente distinto del PSOE de su formación, la de los socialistas catalanes, cuando se le ha preguntado por una posible apertura de expediente o expulsión de Díez como afiliada al partido.

Zaragoza ha querido separar en todo momento los comportamientos «individuales» de esta socialista con los del partido, y ha precisado que esos comportamientos «no son ejemplares». E interrogado sobre si hablaba en nombre de Ferraz ha precisado que «si no la conozco, no sé en nombre de quién habla. Ella sabrá en nombre de quién habla, las explicaciones las tiene que dar ella».

Todos los ministros que asistían a la sesión de control, sin excepción, han evitado a los medios a la entrada al hemiciclo para no contestar a preguntas sobre la militante Díez. Desde el titular de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, a la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, pasando por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska o la responsable de Vivienda, Isabel Rodríguez. Todo ellos salvo Marlaska dirigente del PSOE desde hace años, además de miembros del Consejo de Ministros. Tampoco el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, ha querido detenerse ante los medios, como sí hizo la semana pasada para glosar su interés como parlamentario por su Navarra natal por la obra pública en esa comunidad, ante los rumores sobre un posible informe de la UCO en su contra.

IU sugiere la expulsión de militancia

Por otra parte, los socios del Gobierno también se han pronunciado sobre el escándalo. Muy duro ha sido el diputado de Izquierda Unida (IU) y secretario general del Partido Comunista de España (PCE) Enrique Santiago, ex secretario de Estado la pasada legislatura, quien ha pedido a su socio de Gobierno que emprenda acciones contra la supuesta 'fontanera de su partido. «Si hubiera ocurrido en mi partido, yo se lo que haría», ha sentenciado.

Santiago, que pone en duda que la militante socialista hable en nombre de todo el partido dada la «vulgaridad» de los hechos, ha pedido «respetar a todos los cuerpos profesionales que investigan todos los delitos que se cometen». Unas palabras que hacen referencia al teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Balas, jefe del Departamento de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) y responsable de las investigaciones sobre los casos del exministro de Transportes, José Luis Ábalos, el hermano de Pedro Sánchez, David Sánchez, o Álvaro García Ortiz, el fiscal general del Estado, de quien Díez pretendía obtener información comprometedora que pudiera terminar con su carrera. «Es un espectáculo de lo más obsceno y vulgar», opina el portavoz de IU.

Muy distinta está siendo la reacción de Sumar. Los de Yolanda Díaz aseguran que «no entramos a valorar filtraciones», se excusan de seguido tanto la propia vicepresidenta segunda como sus dos portavoces, el del partido, el ministro Ernest Urtasun, y la del grupo parlamentario, Verónica Barbero. En privado, fuentes de la formación de Díaz sí que llegan a admitir sin embargo cierta preocupación, aunque tienen claro que no es a ellos a quienes corresponde dar explicaciones. «Que se defienda quien tenga que defenderse», zanjan.

En los pasillos del Congreso también se ha pronunciado el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, quien sí ha lanzado un balón de oxígeno al PSOE, al asegurar sobre las grabaciones de Díez que «son una grabaciones de una señora que promete cosas que seguramente sabe que no va a poder cumplir». Eso sí, el diputado independentista ha señalado que «lo que me dice mi intuición es que el PSOE está cercado, y es caza mayor».