Vox minimiza sus malas proyecciones y se aferra al ejemplo de Meloni en Italia

El último hito en su camino ha sido la política arancelaria impulsada por Donald Trump desde la Casa Blanca. Aliado fiel del presidente de Estados Unidos, Santiago Abascal ha evitado con ahínco cualquier crítica a sus erráticas políticas, una postura que ha intentado combinar mediante un complejo ejercicio de malabarismo con la defensa de los intereses españoles. El del campo es uno de los sectores en los que los de Santiago Abascal han gozado tradicionalmente de mayor apoyo.

De hecho, este, junto al sector pesquero y el agroalimentario, ha sido uno de los vectores más importantes de su discurso político en muchas etapas. Por eso, el anuncio de Trump de imponer aranceles masivos para los productos exportados a Estados Unidos –suspendidos durante 90 días en el caso de la Unión Europea tras su último cambio de postura– ha obligado a Vox a responder a una disyuntiva: apoyo a las políticas de Donald Trump o defensa del sector agrario español.

En la calle Bambú sin embargo niegan la mayor y rechazan que ambas opciones sean contradictorias, con un discurso que evita señalar directamente al presidente estadounidense como responsable, que critica los aranceles de manera suave y que apunta a las políticas europeas como las culpables del deterioro de las condiciones del sector primario español.

Dentro del partido tienen la convicción de que este mensaje es comprendido por sus seguidores y el objetivo es poner el foco en el Gobierno: si Vox estuviera en el poder, su relación con Estados Unidos sería estrecha y habría más margen de negociación, argumentan. El ejemplo de nuevo es el de Meloni, quien viajó la pasada semana a Washington logrando mantener la sintonía con Donald Trump, aunque sin avances concretos.

El caso contrario, para Vox, lo representa Pedro Sánchez con su viaje a China en plena crisis arancelaria. «Ojalá tuviéramos un gobierno como el que disfrutan los italianos», sostuvo este lunes en rueda de prensa el portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster, pese a que tras las últimas elecciones europeas el partido abandonó el grupo de Meloni en el Parlamento Europeo, el de Conservadores y Reformistas Europeos, para sumarse al Patriots del húngaro Viktor Orbán, del que también forma parte la Liga de Matteo Salvini.