El PP veta a Ignacio González y Ángel Garrido en el acto del 40 aniversario del estatuto de autonomía de Madrid

El intento del PP de Madrid de vetar a dos expresidentes regionales, Ignacio González y Ángel Garrido, en el pleno extraordinario que se organizará en la Asamblea el 1 de diciembre para celebrar el 40 aniversario del estatuto de autonomía de la Comunidad de Madrid ha desatado en la Cámara una tormenta de pronóstico imprevisible. Todo comienza con una decisión del presidente del Parlamento, Enrique Ossorio: en la ceremonia solo podrán intervenir los “presidentes electos”, es decir, aquellos que encabezaron la lista electoral. Como directamente no se invita a González, que llegó a la presidencia regional sin pasar por las urnas tras la dimisión de Esperanza Aguirre y afronta causas judiciales por su presunta implicación en el caso Lezo, esa decisión tiene otra víctima. El diseño de la ceremonia deja sin intervención a un único expresidente, Garrido, que llegó al poder tras la dimisión de Cristina Cifuentes y que no goza de la predilección de la actual presidenta, Isabel Díaz Ayuso. Y Garrido protesta a través de un email al que ha accedido EL PAÍS.
“He sido informado por parte de la Presidencia de la Asamblea de que la Mesa ha tomado la decisión de no incluir mi intervención en el pleno (...) bajo el argumento de no ser presidente electo”, arranca una misiva enviada la noche del lunes a los siete integrantes de este órgano, que regula el día a día de la Cámara y en el que el PP tiene mayoría. “Según se me transmite, parece ser que la razón de mi insólita exclusión se encuentra en la búsqueda de una solución ‘discreta’ que evitase la intervención de un expresidente [Ignacio González], cuya situación procesal haría incómoda en este momento su participación en la Asamblea”, añade.
“Entiendo que esto es algo que debe solucionar la Mesa de la forma que considere más oportuna, pero no eligiendo una fórmula que, sin argumento legal, normativo o institucional alguno, socava mi dignidad como expresidente de la Comunidad de Madrid, a la que creo haber servido con absoluta entrega y honor, simplemente porque así se esquiva el problema”, concluye.
Así explica la posición de Ossorio un portavoz de su gabinete: “Intervienen los presidentes electos que han concurrido a las elecciones como cabeza de cartel”.
Esa categoría de los presidentes electos, sin embargo, obvia que aquellos que llegaron al poder sin encabezar una lista electoral fueron votados por los diputados del Parlamento, igual que el resto de presidentes (salvo Pedro Rollán, que lo fue de manera interina y sin que lo ratificara la Asamblea). Así lo consideran los partidos de la oposición de izquierdas, Más Madrid y PSOE. Y así lo resume Garrido en su misiva: “Nuestra normativa legal únicamente considera presidente o presidenta de la Comunidad de Madrid a las personas que, con condición de diputado o diputada, sean elegidas por los miembros de la Asamblea de Madrid en sesión plenaria, independientemente del lugar que ocuparan en una u otra lista electoral”.

El choque protocolario devuelve a la vida a mil fantasmas del PP en la Asamblea regional, donde Ossorio prevé celebrar el aniversario del estatuto de autonomía con un pleno en el que intervendrían los portavoces actuales de Vox (Rocío Monasterio), PSOE (Juan Lobato), Más Madrid (Manuela Bergerot) y PP (Carlos Díaz-Pache), además de dos expresidentes de la Cámara (Juan Van Halen y Pedro Díez Olazabal) y los expresidentes “electos” (Joaquín Leguina, Alberto Ruiz-Gallardón, Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes), según una fuente parlamentaria. El acto será previsiblemente cerrado con un discurso de Ayuso.
Están los fantasmas de la corrupción, pues González pasó seis meses en la cárcel mientras era investigado y estuvo en el Gobierno regional mientras la Administración autonómica era carcomida por las tramas de Lezo, Púnica o Gurtel. Están los fantasmas de las luchas cainitas en el PP, pues Garrido, único expresidente de los conservadores que nunca ha sido imputado por la justicia, fichó por Ciudadanos al conocer que Ayuso le sustituiría como candidata del partido a la Presidencia de la Comunidad. Luego, precisamente, fue consejero de la baronesa en el gobierno de coalición que formaron PP y Cs (2019-2021). Y saltaron las chispas.
Y están los fantasmas de ese pasado que siempre vuelve, llenando de hiel los tiempos de miel de la mayoría absoluta de la que disfruta hoy el PP: igual que la actual presidenta se abrazó a Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes mientras se presentaban los cuadros que honraban su trayectoria como presidentas, también evitó que tuvieran la misma distinción González y Garrido al crear el concepto de “presidente electo”.
Faltan casi 10 días para el pleno de la polémica. La reunión convocada este viernes de la Mesa de la Cámara puede reconducir la situación, según dos fuentes consultadas, al permitir la intervención de Garrido. El obstáculo de la presencia de González ya ha sido evitado al obviar incluso su invitación. Pero, mientras tanto, el email enviado por Garrido no solo revela su indignación. Muestra, también, que el PP de hoy sigue encadenado al PP de ayer, y a sus fantasmas.
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